Omella afirma que los abusos a menores «son una nueva forma de esclavitud mundial»

El presidente de la Conferencia Episcopal vuelve a pedir perdón «por los delitos cometidos por hermanos nuestros»

En la inauguración de la asamblea plenaria, el arzobispo de Barcelona ha defendido el encargo de la «auditoría independiente» como un un paso más «dentro un un largo camino emprendido hace años»

La agenda oculta de la Conferencia Episcopal

El cardenal Omella (derecha) en un momento de su discurso ante los obispos españoles, junto al cardenal Osoro Belén Díaz | Vídeo: EP

José Ramón Navarro Pareja

El «drama» de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia ha vuelto a ser el tema clave en el discurso con el que Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal, ha inaugurado la asamblea plenaria que reunirá a los obispos esta semana .

A pesar de no estar contemplado en el orden el día, el cardenal Omella, ha vuelto a pedir perdón por los «delitos cometidos por hermanos nuestros» , e incluso ha ido más allá al calificar los abusos a menores como una « nueva forma de esclavitud mundial que no se quiere abordar« y que »afecta a toda la sociedad».

Tras recordar que la Conferencia Episcopal ha encargado una «auditoría independiente» al despacho de Cremades & Calvo Sotelo para trabajar «el drama de los abusos y mejorar los procedimientos que las diferentes entidades eclesiales», el cardenal ha señalado que, de esta forma « la Iglesia tiene la oportunidad de trabajar para que dichos abusos no se repitan y para destapar esta nueva forma de esclavitud que no se quiere abordar».

«Es una nueva esclavitud que afecta a toda la sociedad, de la que estamos tomando conciencia y en la que lamentablemente algunos miembros de la Iglesia también han participado», ha añadido Omella. Para añadir que con los abusos ha sucedido «como pasó con el drama de la esclavitud, cuando la sociedad tardó muchísimos años en tomar conciencia de esta práctica terrible , denigrante y que tanto sufrimiento ocasionó a tantos hermanos y hermanas nuestros».

«Un drama que, si bien ahora somos conscientes, continúa hoy vigente con multitud de formas diversas de trata de personas, particularmente con el comercio sexual de muchas mujeres y niños. Eso dejamos que pase delante de nuestros ojos sin escandalizarnos . Afortunadamente el Papa nos lo recuerda una y otra vez», ha destacado.

Omella, ha presentado el encargo al despacho de abogados como un paso más «dentro de un largo camino emprendió hace años» y ha defendido que «no resta valor al trabajo de las diócesis y las órdenes religiosas, sino que lo apoya y lo complementa». «Con este paso se añade transparencia, rigor técnico y consistencia jurídica a la hora de abordar un drama que para la Iglesia es lacerante, y por ello reitero nuestra humilde petición de perdón por cada caso, y quiero subrayar una vez más que las víctimas son nuestra prioridad absoluta», ha añadido.

En sus palabras, el presidente de los obispos ha calificado el drama de los abusos sexuales como una «auténtica lacra social que requiere un análisis completo y un buen diagnóstico, libre de demagogias y sectarismos ideológicos ».

Omella ha recordando un informe de la organización Save the Children, en España, –recogido por un artículo de ABC –, que «se estima que entre 800.000 y 1,6 millones de niños podrían ser víctimas de alguna forma de abuso sexual en España».

«Bronca entre los políticos»

En su discurso, el cardenal Omella también ha criticado con dureza la «bronca entre los políticos» porque «hace mucho daño» y genera «desconfianza en las instituciones». Ha citados datos del Eurobarómetro según los cuales «un 90% de los españoles desconfían de los partidos políticos, y un 70% del Gobierno y el Congreso». Una situación que genera « desconexión entre la clase política y la gente » y provoca «el riesgo de que la convicción, hasta ahora profundamente arraigada, de que la democracia es el mejor sistema político posible, se diluya».

El presidente de la Conferencia Episcopal ha recordado que uno de los parámetros de la salud de una democracia es «la libertad real para el debate público», por lo que fenómenos como la «llamada 'cultura de la cancelación' establecen un clima asfixiante para quien se atreva a discrepar de los nuevos 'dogmas'».

Como ejemplo ha puesto el caso del aborto en el que el «Estado, en lugar de potenciarlo, debería proteger con ayudas económicas y sociales a quien decida dar a luz una nueva vida», ha explicado. Para a continuación hacer una velada crítica a la reforma del Código Penal que sanciona con cárcel a quienes se manifiesten ante las clínicas abortistas: « Al Estado no le corresponde hacer proselitismo del aborto , sino garantizar la libertad y la asistencia a la persona sea cual sea su decisión».

Omella también ha criticado la «tragedia» de la guerra y la «invasión de la tropas rusas en Ucrania», a la par que calificado de «ejemplar» la acogida de los refugiados. Una cuestión en la que ha coincidido con el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, que ha contestado su discurso y recordado las palabras de Francisco de «jamás acostumbrarse a la guerra y a la violencia ». También han coincidido ambos en felicitar a Cáritas España por su 75 aniversario.

Sin embargo ha sorprendido que el nuncio no hiciera ninguna referencia a la investigación sobre los abusos a menores, a pesar de que la cúpula de Conferencia visitó al Papa para hablar sobre el tema hace menos de tres semanas.

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