Uso obligatorio de mascarillas
Una barrera transparente para las personas sordas
Aitor asesora estos días a un centro de investigación en el diseño de un prototipo de mascarillas para un colectivo que enfrenta un obstáculo con el que no contaba
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Mascarillas obligtorias: ¿debo usalar desde mañana?
El salto cualitativo que se va a producir desde hoy, cuando el Gobierno obligue a todos los ciudadanos a llevar máscaras faciales por la calle y en recintos privados afectará de manera especial a un colectivo: las personas sordas . Algunas leen los labios; otras, signantes, necesitan la expresión facial para entender al interlocutor; y todas, el millón que hay en España, al decir de la presidenta de la Confederación Nacional de las Personas Sordas (CNSE), Concha Díaz, requieren algo más de comprensión por parte de las autoridades en la gestión de una crisis que no ha discriminado a nadie.
Díaz denuncia en ABC que, durante este tiempo de pandemia, lo «peor» no ha sido el desamparo al generalizar el uso de las mascarillas, una medida que esconde parte de la expresión facial necesaria para la comunicación, sino que todos los trámites obligados por el virus y el confinamiento –«la atención médica y la prestación de servicios ineludibles»– han sido por teléfono, aparcando medios útiles para este colectivo como las plataformas de videointerpretación, videoconferencias, subtitulados en todos los programas e intérpretes. «El Gobierno accedió a contar con ellos en las ruedas de prensa que ofrece de lunes a domingo tras nuestra petición», se queja. « Tenemos una doble barrera y hay pocos mandatarios que se estén dando cuenta: la barrera de la discapacidad auditiva y la barrera que impone el patógeno», aduce.
Aunque Díaz ve difícil que se homologuen a tiempo soluciones inclusivas para compaginar ambos muros como las mascarillas transparentes, desde la CNSE sí se avala el proyecto que su federación vasca (Euskal Gorrak ), está desarrollando con un centro de biotecnología e investigación de la empresa Tnika . El colectivo ayuda en el diseño de un prototipo de máscaras elaborada con material biodegradable, que descubre la boca y una parte de la cara. De momento, se han fabricado nueve modelos que el presidente de la entidad, Aitor Bedialauneta , está probando con el fin de encontrar la idónea.
«La boca es la entonación»
Él explica a este diario que la misión es que esta prenda se adapte y no tape la expresividad de la cara. «Se pueden ver los gestos de la otra persona, con los que se facilita la comunicación. El lenguaje de signos es una combinación de movimientos de manos y expresión. Esta última es para nosotros como la entonación en los oyentes que les informa del estado de ánimo de los que les hablan. Sin ello, resulta inviable. La mascarilla oculta esa expresión, por lo que perdemos información y además no todo el mundo sabe leer lengua de signos», dice el presidente de la Federacion Vasca de Asociaciones de Personas Sordas. El prototipo, no obstante, no llegará a tiempo de la universalización de las máscaras hacia la que nos encaminamos.
Bedialauneta explica que las personas sordas han encontrado en la era del WhatsApp su mejor aliado para la aventura de sobrevivir con el pestilente virus. El obstáculo llega ahora, con una contención que a todo el mundo incomoda, «y que a nosotros nos limitan enormemente».
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