Museo Tiflológico de la ONCE
Tocar para ver el arte
Una baliza sonora y una app es cuanto necesitan los ciegos para guiarse en un museo. La ONCE estrena el sistema que lo logra
Los museos tienen una cuenta pendiente con las personas ciegas. Ellas también quieren disfrutar de las obras de arte, los cuadros y los monumentos y, con una audioguía, no está resuelto el problema. Como dice María José Sánchez Lorenzo, que lleva conviviendo con la retinosis pigmentaria sus 44 años de vida, «por lo general, esas explicaciones que ofrecen los sistemas de audio están concebidas para las personas que ya ven la obra, la detallan desde la óptica del artista enroladas en un contexto y estilo determinado, pero las personas que no vemos tenemos la necesidad de conocer aquello que los demás sí están viendo». Si algunas de las 979.200 personas que según el Instituto Nacional de Estadística tienen discapacidad visual en nuestro país escuchan las explicaciones referentes a «Fusilamientos del 2 de mayo», entienden que es el lienzo de un fusilamiento, pero... ¿cómo conocen los ropajes y la expresión del protagonista del cuadro de Francisco de Goya ?, se pregunta María José.
Tal vez para algunos suene a utopía la intención de trasladar las emociones del cuadro al interior de la persona que no ve, mas en el Museo Tiflológico de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) han asumido un reto: acercarlo lo más posible. Es el primer centro de España que ha instalado un sistema inteligente de guiado e identificación de objetos para que las personas ciegas puedan disfrutar del arte y accedan a toda la información relativa a las esculturas y fotografías que tengan enfrente. Asimismo, ofrece información ampliada sobre los recintos donde se encuentra la persona. Por poner un caso, el aforo de un espacio o la capacidad que tiene una sala de reuniones.
El sistema se llama «beepcon » , se activa con el teléfono inteligente de la persona con discapacidad visual al estilo de la búsqueda de un dispositivo Bluetooth. Al ponerse en marcha mediante una señal sonora o «beep», María José se hace guiar con su perro y fiel compañero durante los últimos cuatro años, Lika, hasta el lugar de donde proviene el pitido. La aplicación móvil le «chiva» dónde se encuentra, frente a la Torre de Pisa, reproducida en una maqueta perfecta en las instalaciones de la ONCE. Con la información en Braille, María José detiene sus dedos en la primera explicación. Pero si quiere saber quién construyó el monumento de la ciudad de la Toscana, o en qué año, para ello tiene toda la información contenida en la app. Desliza sus dedos sobre el móvil «et voilá». Se trata, pues, de un mecanismo sumamente sencillo que los responsables de la ONCEesperan «se copie» en otras instalaciones y edificaciones de uso social y cultural.
El sistema del Museo Tiflológico «lo moderniza y da más autonomía a las personas ciegas que lo visitan», dice Sánchez Lorenzo, que es precisamente la coordinadora del centro. Esta herramienta de última generación está disponible para los sistemas operativos IOS y Android, y comienza por ubicarse en la recepción, salas de reuniones, accesos a ascensores y escaleras, de modo que facilita la orientación de las personas ciegas de un espacio que, por lo pronto, desconocen.
El sistema beepcon, que ha desarrollado la empresa Ilunion para la ONCE, se están extendiendo por inmuebles museísticos de todo el mundo, ya que logran facilitar la experiencia viajera de personas con problemas de visión.
La siguiente batalla
Porque el reto de la accesibilidad está ahí. «Cuando mi hija era pequeña, encontraba todavía más dificultades. No obstante, procuro no renunciar a algo con lo que ella aprende y a mí me gusta, como visitar el Museo Arqueológico, el Thyssen o el del Traje », descuelga María José. A pesar de los avances que se dan, todavía una persona ciega se encuentra perdida cuando entra en El Prado , por ejemplo, y no conoce el entorno.
Hay muchos más retos. En pleno siglo XXI, personas como María José, que ejerce de madre trabajadora de su hija de 12 años , asume cada día «la incógnita de la despensa». «Nuestra siguiente batalla es el etiquetado de los productos. Lo vivo en primera persona : no sé si estoy abriendo una lata de mejillones o guisantes. Y la cosa varía bastante . Queremos que se impulse el etiquetado en Braille, porque estás en tu casa, haces la comida y es difícil preguntar a alguien qué brick estás abriendo, el del vino, la leche o el zumo».
Noticias relacionadas