Violencia de género

Menos de la mitad de los criminales machistas son detenidos; el resto se entrega o se quita la vida

El Observatorio del Poder Judicial culmina una fotografía completa de los primeros mil asesinatos machistas en España

Un lazo por cada mujer asesinada recuerda a las víctimas en Ávila EFE
Érika Montañés

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Psiquiatras forenses como la mediática Patricia Alcaraz repiten que uno de los apriorismos más manidos (y falsos) respecto al estudio de la violencia de género es la afirmación de que «la mayoría de los agresores machistas se suicidan» . Lo dice tras el crimen que ha devastado a la población jienense de Úbeda esta misma semana. Francisco acuchilló a su esposa, María Belén, y a sus dos hijos. Después, Paco, al que sus amigos conocían como «Javi» , se arrojó al vacío desde un cuarto piso.Es «la respuesta de un 21% de los agresores tras un crimen», «no de una mayoría», cotejan los forenses consultados. Este hombre utilizó un arma blanca, posiblemente un cuchillo de cocina, como hacen el 50% de estos violentos. Todas son conclusiones del informe más completo realizado hasta la fecha por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Poder Judicial (CGPJ), que se publicó ayer con un perfil de los primeros mil crímenes machistas en el país, cometidos desde que empezaron a contarse en 2003 hasta abril de 2019.

El balance del Poder Judicial es que un hombre mata a una mujer –su expareja o relación en ese momento– cada semana en España desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar los crímenes de género.De los encarcelados, pasan 17,9 años entre rejas (como promedio) por el delito cometido. Además del suicidio, otro 21% de los agresores se rinden y se entregan; y en casi la mitad de los casos (46,4%)son detenidos, no sin antes mostrarse escurridizos y negar u ocultar los hechos, señala el análisis.

La maternidad, el factor clave

En el 48% de las ocasiones, víctima y agresor estaban casados. Y el 75% de las mujeres asesinadas tenían hijos, de él o de otro hombre, porque la «maternidad» es un factor con el que «juegan» los agresores a su favor, condena la presidenta del Observatorio, la jurista Ángeles Carmona . De hecho, a 23 niños les arrebató la vida su padre o quien era novio de su madre. Y decimos «era» porque seis de cada diez mujeres seguían conviviendo con su enemigo en el momento de su muerte; en casa, porque es en ese refugio –donde «los mecanismos de defensa están más bajos»– se perpetran el 75% de los asesinatos, lamenta Carmona. Otros 765 menores se han quedado huérfanos.

Lo que ocurre entre las paredes del hogar es lo que preocupaba a quienes luchan contra este drama antes de la pandemia y también pasado el primer envite de la misma, puesto que han advertido que el desconfinamiento ha provocado un aumento «bestial» de casos de maltrato y su gravedad , de los que han sido conscientes al terminar el periodo de encierro y de «dominio de las mujeres las 24 horas del día», alertó la fiscal delegada contra la Violencia de Género, Gracia Rodríguez , esta semana. «Ellas tenían más dificultades para denunciar», apreció Rodríguez, por lo que el descenso de procedimientos en pandemia fue un simple espejismo.

El Poder Judicial llama la atención sobre un dato inquietante: solo el 26,1% de las mujeres asesinadas habían presentado denuncia y el 12,4% de ellas tenían una medida de protección en vigor, que el hombre quebrantó.

Por edad, las víctimas tenían una edad media de 42,2 años; mientras que la de los asesinos es de 46,3. Este análisis radiografía la forma más cruenta de la violencia machista, coteja Carmona, y da respuesta a muchas cuestiones que se habían planteado los estudiosos en la materia. Por ejemplo, los periodos de vacaciones (en especial julio) son los de mayor incidencia del crimen y el domingo, el día más sagriento de la semana; 2008 fue el año más negro (76 crímenes) y 2016 el que menos (49). De 2010 a 2020, la curva se doblegó ligeramente, aunque el índice varía según el área geográfica: en las zonas costeras se sitúa en 4,4 mujeres por cada millón de mujeres mayores de 15 años, mientras que en el interior es de 2,5.

La tasa de feminicidios parece tener cierto «efecto insular», puesto que golpea a Baleares y Canarias; mientras País Vasco y Madrid están a la cola. Los municipios de 10.000 a 25.000 habitantes poseen el peor índice de esta tragedia.

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