Las mascarillas de Revilla desatan la indignación en Cantabria: «Ya tienen servilletas para limpiarse»

El Gobierno cántabro reparte 1,2 millones de mascarillas como solución «temporal» frente al desabastecimiento y dan por buena su composición

Una mujer va a comprar el pan con las mascarillas que ha repartido el Gobierno cántabro ABC

ABC

El reparto de 1,2 millones de mascarillas para los cántabros anunciado por el Gobierno de esa comunidad ha generado polémica y dudas de su utilidad, lo que ha llevado al Ejecutivo y a su presidente, Miguel Ángel Revilla , a defenderlas y precisar que son una solución temporal ante el desabastecimiento. Su composición es una de las principales preocupaciones de aquellos que van a recibirlas, pero el Ejecutivo regional sostiene que es «óptima».

Una solución para salir del paso que ha desatado la indignación entre los cántabros, que cuestionan su calidad y su capacidad de protección, y que se ha convertido en un «meme» durante foto el fin de semana. En la Red hay mensajes en los que comparan las mascarillas con papel higiénico o servilletas de bar. Hay quien las ha rebautizado como «Revilletas» y otros, incluso, las ha tildado de «bochornosas».

Para salir del paso, Revilla ha compartido una fotografía junto a su mujer, Aurora Díaz, y su hija, Lara, usando las polémicas mascarillas. «Hoy celebramos el cumpleaños en confinamiento de mi hija Lara, 21 años. Con las polémicas mascarillas que son de enorme utilidad », escribió el presidente cántabro.

La polémica ha surgido después de que el Gobierno cántabro anunciase que cada hogar iba a recibir un paquete con cinco mascarillas. En total, el Ejecutivo regional ha encargado 1.200.000 unidades que ha fabricado una empresa camarguesa, Redpapel, con un coste aproximado de 150.000 euros que ha financiado el Banco Santander. Su reparto comenzó el pasado 11 de abril. La empresa que las fabrica señala que estas mascarillas están confeccionadas con doble capa de celulosa , un material totalmente ecológico, biodegradable, dermatológicamente testado y procedente de superficies con gestión forestal certificada.

Manuel Vidal, de Redpapel, destaca a Efe que el nivel de protección que el laboratorio otorga a este tejido es de un 85 %, cuando el de un equipo de protección quirúrgico es de un 95 %. « No pretendemos desbancar a las mascarillas quirúrgicas que escasean , sino poner en el mercado un producto muy barato y de forma masiva en tiempo récord», dice Vidal, que precisa que el gasto de producción es de 10 céntimos la unidad.

A su juicio, las críticas las provoca la «desinformación» y la propia sencillez del producto que «hace fácil la chanza».

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