La Manada vuelve al banquillo en Córdoba por presuntos abusos a otra joven

Cuatro de los amigos sevillanos condenados en Pamplona se enfrentan a 7 años de prisión por el caso de Pozoblanco

Sentencia Manada Pozoblanco | Año y medio de cárcel por abusos sexuales y 16 meses por vulnerar la intimidad

Fotograma del vídeo captado dentro del vehículo por Antonio Manuel Guerrero en su móvil (piloto del coche) ABC

Patricia García-Baquero

Cuatro de los miembros de La Manada aguardan en la prisión cordobesa de Alcolea —trasladados desde Huelva, El Puerto y Sevilla, donde cumplen 15 años de condena (17 años en el caso del exguardia civil, Antonio Manuel Guerrero ) por la agresión sexual a una joven en los sanfermines de 2016— al juicio que arranca hoy con gran expectación mediática por los presuntos abusos sexuales cometidos sobre otra joven, dos meses antes y de camino en un coche entre Torrecampo y Pozoblanco. La vista oral se celebra en la Ciudad de la Justicia de Córdoba.

Con las máximas precauciones, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha acordado medidas estrictas para que no sea divulgada ninguna imagen ni datos sobre la identidad de la joven cordobesa de 24 años (tenía 21 en el momento de denunciar los hechos), víctima de los abusos en Pozoblanco ni tampoco de sus familiares. La diferencia principal respecto al caso de Navarra estriba en que el tribunal no tiene que dilucidar si el caso obedece a un abuso o agresión sexual, como apunta a ABC el fiscal jefe de Córdoba, Juan Calvo-Rubio. «Estamos ante un caso de abusos sexuales; en eso estamos todos de acuerdo», afirma antes de que dé comienzo el nuevo juicio contra Guerrero, Jesús Escudero, José Ángel Prenda y Alfonso Jesús Cabezuelo , exmilitar. El único que no se volverá a sentar en el banquillo de los acusados será «el debutante» en Pamplona, Ángel Boza , ya que no se encontraba en el lugar (un vehículo) de los hechos que se juzgan.

Primera regla: la intimidad

El encargado de velar por el derecho a la intimidad de la víctima será el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba, Luis Javier Santos. La Ciudad de la Justicia ha sido reorganizada con salas exclusivas de testigos y familiares, lo que facilitará su privacidad. Asimismo, el TSJA ha acordado además que la declaración de la víctima y el vídeo grabado en el coche donde se produjeron supuestamente los abusos sean a puerta cerrada— que las imágenes del juicio sean remitidas a través de un pool conformado por la agencia Efe y la televisión andaluza Canal Sur. Los cuatro acusados subirán desde los calabozos, situados en el edificio a través de ascensores directos a la sala, sin acceso al exterior.

Los cuatro acusados subirán desde los calabazos, situados en el edificio a través de ascensores directos a la sala, sin acceso al exterior

La vista arrancará hoy con la lectura de la calificación de los hechos por parte de la Fiscalía y dará paso a las defensas. Los letrados de los cuatro acusados tratarán de anular en las cuestiones previas la principal prueba de cargo, el vídeo que los agentes de la Policía navarra descubrieron en el móvil de uno de los inculpados al investigar la violación de los sanfermines de 2016. Argumentan que no solo se hizo una investigación prospectiva, práctica rechazada por el Poder Judicial, sino que el juzgado instructor los remitió a dos agentes a Córdoba para buscar a la mujer que salía en las imágenes.

En este caso, previsiblemente, el juez ya tenga una respuesta para ello y el juicio proseguiría con la declaración de los acusados. La Fiscalía ha pedido para los cuatro acusados en la causa de Pozoblanco penas de siete años de cárcel. Recoge que los hechos ocurrieron el 1 de mayo de 2016 cuando los acusados acudieron a la feria de la localidad de Torrecampo y coincidieron en una caseta con la joven. Uno de los acusados, afirma la Fiscalía, se ofreció a llevarla a su domicilio de Pozoblanco en el coche en el que habían llegado los cuatro. El coche lo conducía Guerrero, destinado por la Guardia Civil al municipio. «El Prenda» iba de copiloto , los otros dos acusados en los asientos traseros y la chica se situó entre ellos. «Debido, probablemente a la cantidad de alcohol ingerida —según el escrito— sin que haya podido determinarse, si además de ello, tomó de forma deliberada o sin saberlo, alguna otra sustancia estupefaciente, la chica cayó en un estado de profunda inconsciencia, hasta el punto de no recordar lo ocurrido en el trayecto».

En el interior del coche, aprovecharon que la joven se hallaba privada de sentido y comenzaron a realizarle tocamientos sexuales. Al llegar a Pozoblanco, tres acusados se apearon del coche y se incorporó como conductor el entonces soldado Cabezuelo. Continuó la marcha con la chica y cuando ella despertó, le «exigió» una felación. Él la golpeó y la llamó «puta», afirma el fiscal, cuando ella se negó.

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