Una madre recolecta horas de trabajo para acompañar a su hija con leucemia
Sus compañeros han hecho sus turnos y han acumulado cuatro años y seis meses de trabajo para que Daniela Berlit pudiera cuidar de su hija enferma
A Daniela Berlit, de 38 años de edad, se le rompió la vida el 3 de noviembre de 2020, el día en que a su hija Fiona, de 4 años, fue diagnosticada leucemia linfoblástica aguda . «Fue como si hubiera desaparecido el suelo bajo mis pies y de repente todo se volvió imposible », recuerda ese momento. También es madre de Mina, de 6 años, y se ocupa sola de las niñas. Sus 36 días reglamentarios de vacaciones los pasó alternando horas en el hospital y en casa con su otra hija. « No podía permitirme dejar de trabajar , porque no tenemos otros ingresos , y no sabía cómo hacer. Necesitaba todas mis horas para atender esa situación», explica, «solo quería estar ahí para mi hija».
Una compañera de trabajo le ofreció sustituirla en varios turnos. «La idea creció como una bola de nieve porque todo el mundo entendía el problema y quería ayudar », relata. De pronto, la llamaron por teléfono para contarle que habían hecho entre el personal de la empresa una «colecta de tiempo» y que habían sido recaudados cuatro años y seis meses de trabajo que harían sus colegas y de los que podía disponer para cuidar a sus hijas : «Yo estaba ahí, al otro lado del teléfono, y no entendía lo que me contaba. Solo decía que no, que no podía ser, que eso era imposible, no podía ver la realidad». A través de un grupo de Facebook , los trabajadores habían pedido a toda Alemania donaciones de horas extras y días libres. «¡Es abrumador! Tantos compañeros de toda Alemania me han dado su tiempo aunque ni siquiera me conocen. ¡Me senté en el pasillo del hospital y lloré cuando lo asumí!»
Actualmente, Daniela y Fiona tienen que ir a la Clínica Infantil Haunersche de Munich entre una y tres veces por semana. La niña ha pasado ya por diez ciclos de quimioterapia y ha recibido 42 dosis. Le quedan solo tres. Sus médicos avanzan que tiene un 90% de posibilidades de curarse , aunque tiene que tomar pastillas todos los días, al menos hasta finales del próximo año y medirse la fiebre tres veces al día. Las dos están deseando retomar en lo posible la normalidad . Si todo va bien, Daniela quiere volver a trabajar en noviembre y no utilizará los 3,5 años de horas trabajadas restantes que fueron donadas. Los donantes tampoco las quieren de vuelta y en la empresa han tomado una decisión. «Con este crédito de tiempo, hemos creado un fondo de tiempo que los empleados pueden usar en el futuro en casos similares», dice Christian Schirmer, jefe de Alemania en Dänisches Bettenlager.
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