López-Otín: «Por primera vez es más fácil sobrevivir al cáncer que sucumbir a él»

Escribió su primer libro casi como una terapia, ahora cierra una trilogía y un «círculo emocional» que muestra la vulnerabilidad humana a través del cáncer, una de las enfermedades más temidas

Carlos López-Otin acaba de publicar "Egoístas, inmortales y viajeras", las claves del cáncer y de sus nuevos tratamientos Isabel Permuy

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Carlos López-Otín es una rareza. Es uno de los 10 científicos europeos con mayor impacto en el análisis de los secretos moleculares del cáncer y del envejecimiento. Un investigador que hizo carrera en la periferia, alejado de los grandes centros de investigación. Nunca quiso ser director de nada. Prefería a sus estudiantes de la Universidad de Oviedo, volcarse en su laboratorio y una suerte de consultorio al que peregrinaban enfermos de toda España . Allí, en esa consulta de genómica social se puso en marcha una experiencia única en la que se afrontaban problemas complejos con el estudio en profundidad de los genomas y una mirada humana. En ella se ha ayudado a familias con cáncer, envejecimiento prematuro y muerte súbita . Después, murieron de forma repentina los más de 5.000 ratones que su equipo había modificado genéticamente durante años para estudiar el cáncer y el envejecimiento. Y entonces se quebró. Recuerda aquello como «un eclipse del alma» , un cataclismo que le llevó a pensar en el suicidio . Aquel episodio fue también el comienzo de una trilogía en la que habla de la vida y de la vulnerabilidad humana. El último libro, se acaba de publicar y cierra el círculo con una de las enfermedades más temidas, el cáncer. «Egoístas, inmortales y viajeras» (Editorial Paidós) explica las claves de este mal y sus nuevos tratamientos.

Todo empieza con Adán, ¿quién era?

Adán significó muchísimo para mí. Su madre acudió a mí porque habían diagnosticado «algo muy malo a su hijo». Tenía un cáncer hepático absolutamente incurable. Era demasiado tarde y demasiado grave lo que le ocurría. Pero intenté ayudarles todo lo que pude. Hablé con amigos para que vieran a Adán expertos en este tumor de Barcelona para saber si podía tener una oportunidad. No la hubo y murió enseguida. Era muy joven, no pudo ir a la universidad, no pudo nunca tener un sueño. Me impactó muchísimo. Aquello cambió nuestra investigación . Ya habíamos descubierto genes relacionados con la metástasis, pero nunca había sentido tan de cerca la urgencia de conocer, más allá de los ejercicios académicos que representa la biología molecular básica. Me ayudó a ver todo lo que nos quedaba por saber.

Es científico, pero tiene sus propios ‘pacientes'’

Es verdad que no soy médico, pero estos pacientes forman parte de mi vida. Desde entonces para mí la investigación no tiene sentido si no tiene un fin social. Por eso, construimos estrategias de genómica social. Así hemos ayudado a muchas familias de cáncer, de envejecimiento prematuro, muerte súbita..

¿Cómo le llegan esos casos?

Descubrimos un gen relacionado con la muerte súbita porque vino a mi laboratorio una chica muy joven y me contó que había llegado a una edad en la que se morían en casa. Me dijo: «¿me puedes ayudar?» Y así empezamos a investigar. También nos convertimos en expertos en envejecimiento prematuro con los casos de Néstor y Guillermo. Descubrimos que padecían un síndrome nuevo, fueron los dos primeros pacientes del mundo diagnosticados con esta enfermedad. Anoche fui a cenar con Guillermo en Madrid. Ha cumplido 25 años y ha duplicado su esperanza de vida gracias a los tratamientos que sigue y surgieron de nuestro trabajo. Cada día puede ser su último día, él lo sabe.

El investigador, durante la entrevista en un hotel de Madrid Isabel Permuy

¿Por primera vez el cáncer empieza a inclinarse a favor de la vida?

Por primera vez podemos decir que es más fácil sobrevivir al cáncer que sucumbir a él. Hay algunos tipos de tumores en los que esta balanza no está inclinada en términos favorables, pero en términos globales sí. Y esto es una marea creciente que no va a cambiar hasta que se llegue a la cronificación de la mayoría de tumores. Esto no significa que vayamos a erradicar el cáncer o que tengamos a la vista una cura universal. No, no la veo. El cáncer forma parte de nuestra esencia molecular, surge de nuestros defectos moleculares y mientras haya vida habrá cáncer.

¿Tiene el cáncer futuro como enfermedad?

Veo un futuro en el que van a mejorar y generalizarse los dos pilares más recientes del conocimiento del cáncer: la inmunoterapia y el desciframiento de genomas que nos permitirá poner orden en el caos, saber cuáles son las mutaciones y los daños que ha generado este tumor concreto y para eso hay que descifrar cada tumor de cada paciente. Nos va a permitir también entender cuáles son las claves de los agentes etiológicos. Hoy seguimos preguntándonos qué causa el cáncer porque solo conocemos unos cuantos agentes tóxicos, como el alcohol, el tabaco o el sol. Podemos descifrar las huellas que dejan los agentes mutagénicos en el genoma.

¿Solo hemos visto una parte pequeña de lo que es capaz de hacer la inmunoterapia?

Hemos visto que es capaz de curar el melanoma y cómo actúan los linfocitos T educados para atacar a las células tumorales. Donde mejor ha funcionado es en algunos linfomas y leucemias. En el resto, el margen de mejora es impresionante. Pero hay tumores que no son sensibles a este tipo de tratamientos. Así que una vez más, vemos que avances maravillosos no son universales. Lo increíble y lo milagroso es no tener cáncer .

Prevenir para vivir

La forma más revolucionara para reducir a la mitad la incidencia del cáncer es esta: evitar la malnutrición, promover hábitos saludables y ejercicio físico y eliminar todo foco de toxicidad, incluyendo la toxicidad humana.

«He revisado todas las dietas relacionadas con el cáncer y no hay ninguna que sirva, pero ayudan a potenciar el efecto de los tratamientos»

En su libro, critica las exageraciones y falsas esperanzas sobre la curación del cáncer. ¿A qué se refiere?

No me gusta cuando se dice que se ha curado el cáncer de determinada persona o se ha vencido, no utilicemos metáforas bélicas. Se tienen que dar muchos pasos antes de poder afirmar que se ha vencido un cáncer. No vale solo con desearlo para curarlo. Tampoco me gusta cuando se publican dietas para vencer el cáncer. He revisado todas las dietas relacionadas con el cáncer, no hay ninguna que sirva, pero sí ayudan a potenciar el efecto de la quimioterapia o la inmunoterapia. ¡Claro que ayudan!. Igual que ayuda tener un buen psicólogo o soporte emocional. Pero ni un abrazo ni el pensamiento positivo te cura . Necesitamos que funcione la medicina y la ciencia y rodearla de todos argumentos que puedan ayudar, sin caer nunca en las exageraciones ni en las falsedades.

«Escribir ha sido mi terapia pero sigo siendo un científico y un profesor de Universidad

Ha terminado su trilogía. ¿Y ahora qué?

He escrito 'Hallmarks of Health', el artículo más importante de mi vida, que me ha llevado toda la vida escribirlo. Y hemos hecho un proyecto de covid. Seguimos con la vida de laboratorio y sigo siendo un científico y un profesor de la Universidad. Escribir ha sido mi terapia, me ha servido para aprender también . Los libros los han leído miles de personas.

En estos tres libros ha dejado sus cicatrices a la vista y se ha reconstruido. ¿Cómo se siente ahora?

Me siento como las perlas de Baily (los puntos brillantes de luz que aparecen alrededor de la Luna antes y después de un eclipse solar). Lo que yo sentí fue un eclipse de alma tremendo, un cataclismo que parece un desastre difícil de solucionar. Pero en ese entorno de tanto ruido, tanta dificultad, tanto daño... encontré una esperanza. Los tres libros de la trilogía los escribí en la mente en un momento, sabía desde el principio cuál sería el final. Seguiré escribiendo.

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