Así llegará la vacuna a España: en neveras con 5.000 dosis, custodiadas y con destino a 50 puntos del país
La campaña de vacunación empezará a partir del día 27
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Europa ya sabe cuándo empezará a vacunar a su población con el fármaco de Pfizer. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ha dado una horquilla de tiempo, entre el 27 y el 29 de diciembre para que la primera vacuna contra el nuevo coronavirus empiece a distribuirse por todos los países europeos.
Alemania ya ha asegurado que tiene todo preparado para empezar a vacunar a su población desde el primer día. El Gobierno español anunció que se empezaría el plan el mismo 27 de diciembre que es domingo . Aunque se trabaja desde hace meses para organizar el operativo de vacunación, aún hay muchos flecos por atar.
La premura con la que se trabaja en todo el mundo para conseguir las primeras vacunas aún hacen difícil saber cuántas dosis se podrán enviar a cada país en la primera remesa. Será la farmacéutica Pfizer quien decida cuántas dosis y lotes se puede liberar a partir de la autorización europea.
Lo que sí tiene claro el Ministerio de Sanidad es cómo llegará la preciada vacuna de Pfizer y a quien inmunizará primero. El delicado medicamento que debe conservarse a -70 grados centígrados, en concidiones de ultracongelación, saldrá de la fábrica belga que la farmacéutica tiene en la localidad de Puurs . Desde allí saldrá a los distintos países de la UE hacia los diferentes puntos de distribución. A nuestro país llegarán a medio centenar de localizaciones ya acordadas con el laboratorio . Viajarán custodiadas por las fuerzas de seguridad del Estado, en un dispositivo que se ha encargado de coordinar el Ministerio del Interior. Pero quienes la transportarán serán empresas de distribución farmacéutica , las verdaderas especializadas en trasladar este tipo de mercancía. No se verán empresas de mensajería tipo UPS como en Estados Unidos.
En cajas con nieve carbónica
Las vacunas de Pfizer viajarán en unas cajas de poliespán, rellenas de nieve carbónica , para garantizar la temperatura que necesita para no deteriorarse. Cada uno de estos envases es capaz de albergar cinco bandejas con mil viales, con lo que podrían transportarse hasta 5.000 dosis .
Todas las comunidades recibirán al mismo tiempo el fármaco, aunque será decisión de cada uno de los territorios decidir cuándo empiezan a pinchar a sus ciudadanos. Podría ocurrir, aunque seguramente ninguna región querrá rezagarse, que unos territorios empiecen a vacunar antes que otras.
El Ministerio de Sanidad también está preparando ultracongeladores para mantener conservado el tratamiento a temperaturas tan bajas, aunque aún no ha podido cerrar el mapa de estas instalaciones .
Las primeras remesas del preciado medicamento se destinarán a los tres grupos prioritarios que el Gobierno ha marcado: ancianos que vivan en residencias y sus cuidadores, sanitarios en primera línea de la lucha contra el coronavirus y personas con grandes discapacidades que vivan en sus domicilios. Todos podrán inmunizarse, hayan o no pasado ya el Covid. En total, unos 2,5 millones de personas tendrán prioridad.
Concesión temporal
La Agencia del Medicamento Europeo ha cambiado sobre la marcha su agenda para acelerar la autorización, presionada por países como Alemania con el virus sin contro l. Aunque ninguna dosis que salga de las instalaciones de Pfizer en Puurs lo hará sin autorización. La aprobación se ha condicionado por la emergencia de la situación, pero desde el primer pinchazo, comienza un exhaustivo trabajo de farmacovigilancia. Cada reacción o secuela de interés será documentada.
No es un proceso diferente al que siguen otros medicamentos, aunque nunca tantos ojos estarán pendientes de esta vacuna . No solo por ser la primera para una enfermedad nueva, sino por ser la primera de una nueva generación de vacunas.
La primera de una generación de nuevas vacunas
El objetivo que persiguen todas las vacunas es el mismo: entrenar al sistema inmune para producir anticuerpos y estimular un tipo de glóbulo blanco —las llamadas células «T»— que protegen al organismo de las infecciones. Estas células se encargan de elevar nuestras defensas de forma preventiva para neutralizar el virus en caso de entrar en contacto con él. Las vacunas convencionales lo consiguen con diferentes estrategias. Unas inoculan el mismo virus inactivado químicamente, como sucede en el caso de la polio o la gripe; otras lo introducen vivo, pero atenuado (sarampión o fiebre amarilla).
Las vacunas de ARN hacen innecesario cultivar un agente infeccioso en el laboratorio. A cambio, inoculan material genético para convertir nuestras células en fábricas de antígenos del nuevo coronavirus . Desencadena un pico inofensivo que es detectado por el sistema inmune para después generar anticuerpos que permanecerán en guardia durante, esperemos, mucho tiempo.
La ventaja de utilizar este método es que el proceso de fabricación se acelera. Los laboratorios prescinden de los cultivos porque es el cuerpo humano el que hace la tarea.
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