El informe, encargado por el propio Garzón, que le da la razón en su cruzada contra la carne
El texto está elaborado por un organismo de la Comisión Europea, en colaboración con el ministerio de Consumo, y parte de unos datos comunes a toda la UE
En las conclusiones elude hacer recomendaciones sobre el uso del trasporte o la calefacción para reducir la huella de consumo
Garzón propone «menos carne y productos lácteos» para reducir la huella de consumo en España
«Menos carne, menos lácteos y más dieta mediterránea» . Es la recomendación que este viernes daba el ministro Alberto Garzón a partir del informe «Sostenibilidad del Consumo en España» que presentó en el ministerio de Consumo. El trabajo, elaborado de forma conjunta por el ministerio y el Joint Research Centre (JRC), un organismo de investigación de la Comisión Europea, establece que el mayor impacto en la huella de consumo en España proviene de la alimentación.
Según el estudio, la alimentación representa, con datos de 2018, el 52,1% del impacto ambiental (con un mayor influencia de las carnes y los lácteos), por delante de la movilidad (asociada especialmente al uso del transporte privado), con un 17,1% y la vivienda (en la que influye de manera significativa el uso de la calefacción), con un 16,2%. Unos resultados que, casualmente, parecen refrendar las obsesiones de Garzón desde que llegó al ministerio: perseguir el consumo de carne y condenar la ganadería intesiva en España.
La orientación del informe se hace todavía más evidente cuando, después del análisis pormenorizado de 16 indicadores de impacto, se proponen solo tres escenarios «más sostenibles» : la «modificación de las dietas», la «eco-innovación en los eletrodomésticos» y el reciclaje y la reutilización. Pero ni rastro de recomendaciones para campos que tradicionalmente han impactado sobre la huella de consumo como el uso del coche privado o la calefacción de los hogares.
Así, de acuerdo al informe «una sustitución del 25% de productos de origen animal por productos de origen vegetal puede implicar una disminución cercana al 20% en impactos como el agotamiento de la capa de ozono, la eutrofización terrestre o la acidificación y el 15% en otros como la emisión de partículas, la eutrofización marina o el cambio climático». Incluso, si la sustitución de la carne por vegetales «fuese del 50%, el grado de disminución en esos mismos impactos se situaría entre el 30% y el 40%» .
Huella de consumo de España
Índice ponderado de 2018
Vivienda
Alimentación
Movilidad
5,1%
52,1%
17,1%
16,2%
9,6%
Bienes del hogar
Electrodomésticos
Escenarios de reducción de la huella de consumo
Con cambios dietéticos
Reducción del 25%
en el consumo de vacuno, porcino, pollo, tofu, bebida de soja, leche, mantequilla, queso y preparados de carne
Escenario
Uno
Aumento del 25%
en el consumo de arroz, pan, quinoa, judias, garbanzos, lentejas y huevos
Reducción del 25%
en el consumo de vacuno, porcino, pollo, tofu, bebida de soja, leche, mantequilla, queso y preparados de carne
Escenario
Dos
Aumento del 25%
en el consumo de arroz, pan, quinoa, judias, garbanzos, lentejas y huevos
Reducción con el escenario uno
Escenario actual
Con el escenario dos
Eutrofización terrestre
81,6%
Eutrofización marina
79,6%
Agotamiento
capa de ozono
79,6%
Usos del suelo
76,7%
Acidificación
73,3%
72,3%
Uso del agua
Toxicidad humana
ef. no cancerígenos
64,8%
Material particulado
60,6%
Ecotoxicidad agua dulce
54,7%
Cambio climático
45,7%
Toxicidad humana
ef. cancerígenos
42,6%
Eutrofización agua dulce
37,4%
Formación ozono
fotoquímico
31,2%
Uso de recursos fósiles
22,9%
Uso de metales
y minerales
Fuente:
Ministerio de Consumo
Comisión Europea
ABC
14,3%
Radiación ionizante
11,1%
Huella de consumo
de España
Índice ponderado de 2018
Alimentación
52,1%
17,1%
Movilidad
Vivienda
16,2%
9,6%
Bienes del hogar
Electrodomésticos
5,1%
Escenarios de reducción
de la huella de consumo
Con cambios dietéticos
Escenario
Uno
Reducción del 25%
en el consumo de vacuno, porcino, pollo, tofu, bebida de soja, leche, mantequilla, queso y preparados de carne
Aumento del 25%
en el consumo de arroz, pan, quinoa, judias, garbanzos, lentejas y huevos
Escenario
Dos
Reducción del 50%
en el consumo de vacuno, porcino, pollo, tofu, bebida de soja, leche, mantequilla, queso y preparados de carne
Aumento del 50%
en el consumo de arroz, pan, quinoa, judias, garbanzos, lentejas y huevos
Reducción con el escenario
uno
Con el escenario
dos
Escenario actual
Eutrofización
terrestre
81,6%
Eutrofización
marina
79,6%
Agotamiento
capa de ozono
79,6%
Usos del suelo
76,7%
Acidificación
73,3%
Uso del agua
72,3%
Toxicidad
humana ef. no
cancerígenos
64,8%
Material
particulado
60,6%
Ecotoxicidad
agua dulce
54,7%
Cambio
climático
45,7%
Toxicidad
humana
ef. cancerígenos
42,6%
Eutrofización
agua dulce
37,4%
Formación
ozono
fotoquímico
31,2%
Uso de recursos
fósiles
22,9%
Uso de metales
y minerales
14,3%
Radiación
ionizante
11,1%
Fuente:
Ministerio de Consumo / Comisión Europea
ABC
Sólo un 1% para el reciclaje
Una reducción muy significativa que sorprende cuando se compara con las ventajas que supondría un cambio de hábitos en el reciclaje. De acuerdo a los datos facilitados por el ministerio, «los escenarios de recolección, reciclaje, reutilización y reparación ofrecen posibilidades de disminución de impactos que alcanzan cifras entre un 1% y un 5% ».
Unos números paupérrimos, en comparación con el 30% y el 40% que produciría la disminución del consumo de carne, y que fuentes del ministerio explican desde la idea de que « España ya lo hace bien en cuestiones de reciclaje , por lo que los escenarios de mejora no son tan notables como en el campo de la alimentación».
En la práctica, el que la alimentación tenga tanto peso en el impacto de la huella de consumo no es una particularidad española , sino que se desprende como una de la conclusiones de la propia herramienta que el equipo de trabajo ha utilizado para realizar el estudio.
«El consumo de alimentos se convierte en el principal impulsor de los impactos generados por el consumo de los hogares, seguido de vivienda (especialmente para la calefacción de espacios) y movilidad (especialmente el uso de automóviles privados)», explica en sus conclusiones el documento de trabajo publicado en 2019 por el JRC , al que Garzón le ha encargado la adaptación al escenario español.
Incluso, el hecho de que en España el peso de la alimentación en la huella de consumo en 2018 sea del 52,1%, una cifra ligeramente superior a la media europea (que se sitúa en torno al 45%) no está relacionado con los malos hábitos nutricionales , como parece sugerir el ministerio.
En realidad, se explica desde el hecho de que en nuestro país el impacto contaminante de la vivienda sea mucho más bajo (por el menor uso de calefacción gracias a las condiciones climáticas), al igual que en la movilidad, con un peso mucho menor en España que en países como Alemania, Reino Unido, Italia o Francia.
«El impacto de la alimentación es muy similar en todos los países europeos, lo que cambia más significativamente, sobre todo en los países del norte, es el impacto de la vivienda , por la demanda de energía, y el de la movilidad», ha explicado a ABC Serenella Sala, jefa adjunta de la Unidad de Recursos Terrestres del JRC.
Además, cuando en la presentación del informe el ministro de Consumo invitaba a los españoles a consumir menos carnes y lácteos también obviaba datos que el propio documento pone de manifiesto. Lo mismo ocurrió cuando dijo que « parte de la solución está en la dieta mediterránea que es consustancial a la trayectoria de nuestro país pero que, en aras de desarrollos recientes se ha ido perdiendo»,
Es cierto que los dos primeros productos de mayor impacto son las carnes y los lácteos, pero en tercer lugar sitúa los aceites y las bebidas, entre ellas el vino, a los que Garzón no hizo ninguna referencia . Es más, el propio texto reconoce que su impacto es alto «a pesar de que se consumen en cantidades tendencialmente menores en comparación con los productos de origen vegetal».
Es decir, que no se puede confundir el impacto en la huella de consumo, que es lo que mide el informe, con el consumo total de ese alimento . Por tanto, la dieta de los españoles no excluye los vegetales o los pescados y mariscos, como parecer derivarse de las palabras de Garzón.
De hecho, si se consultan los datos completos de toda la UE se puede comprobar que el impacto de la carne y los lácteos es mucho más significativo en países del norte de Europa , una consecuencia obvia, porque están más presentes en su dieta.
Primer «informe país» en la UE
El informe presentado es un encargo directo del ministerio al organismo europeo y, según explicó Garzón, es el primero en toda la UE que presenta datos desagregados de un país . Según pudo conocer ABC, el encargo se hizo hace aproximadamente un año.
Hay que recordar que el pasado julio, Garzón cobraba notoriedad por un vídeo en el que pedía «comer menos carne para proteger la salud y el planeta», el mismo mensaje que ahora parece ratificar el informe . Una idea en la que siguió insistiendo más tarde, incluso cargó contras las macrogranjas en una entrevista en The Guardian.
El informe encargado aprovecha la herramienta desarrollada por el JRC en 2019 para concretar la realidad española. El conjunto de datos de todos los países de la UE se relacionan con 16 categorías de impacto ambiental , que tienen en cuenta 168 productos.
Entre esos indicadores se encuentran el cambio climático, la acidificación, la ecotoxicidad del agua dulce, el uso del suelo , el agotamiento de la capa de ozono, el material particulado, el uso de recursos fósiles, el uso de metales y minerales o el uso del agua, entre otros.
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