Las hospitalizaciones por picaduras de garrapatas aumentan por toda la geografía española

Se ha producido un aumento de más del 190% del número de pacientes de la enfermedad de Lyme

Es una enfermedad que puede producir problemas articulares, cardíacos y neurológicos de gravedad

Una garrapata sobre la piel humana

Daniel Verdú

Un estudio realizado entre 2005 y 2019 muestra un aumento de las hospitalizaciones y la ampliación de la distribución geográfica por la enfermedad que causan las garrapatas, la denominada enfermedad de Lyme. El Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III ha publicado un boletín epidemiológico específico sobre la situación en España de esta enfermedad, coincidiendo con la celebración de su día mundial el pasado martes. Rosa Estévez, investigadora del CNE y una de las autores del informe, explica a ABC que trabajan en el desarrollo de un protocolo nacional para esta enfermedad y el motivo de la realización de este informe sirve para conocer la situación de esta afección en España.

La enfermedad de Lyme es producida por la bacteria Borrellia burdogferi y se transmite por la picadura de garrapatas duras , del género Ixodes. En Europa es considerada una patología emergente y en España se cataloga como Enfermedad de Declaración Obligatoria de vigilancia endémica regional  debido a la gran importancia que tiene para la salud pública nacional. «En España no se consideraba que existiese esta enfermedad, pero poco a poco se ha identificado que hay garrapatas y que están infectadas. La transmisión es muy sencilla y nuestro país tiene grandes zonas de bosques y campos», explica Estévez.

Esta enfermedad comienza con un cuadro pseudogripal inespecífico y que puede ir acompañado de un sarpullido denominado eritema migrans, una lesión característica de esta afección. La picadura de la garrapata es indolora y prácticamente no se puede percibir. El tratamiento antibiótico precoz resulta imprescindible para el paciente, ya que si el diagnóstico y tratamiento se retrasan, pueden surgir problemas articulares, cardíacos y neurológicos de gravedad , como la infección neurológica denominada neuroborreliosis.

El diagnóstico precoz evita graves problemas

El Día Mundial que se conmemoró el pasado martes, pretende dar visibilidad a una enfermedad infecciosa emergente poco conocida en España que, sin el diagnóstico y tratamiento adecuado, puede causar sintomatología muy grave en los pacientes. Rosa Estévez argumenta que «la enfermedad no es mortal, pero el problema es que es totalmente invalidante . Con un diagnóstico precoz y tratamiento antibiótico se puede eliminar la bacteria y no dejar ninguna secuela».

El informe realizado entre 2005 y 2019 muestra el registro de 1 865 pacientes con esta enfermedad y un incremento de hospitalizaciones del 191,80 % . La tasa de hospitalizados media durante todo el periodo fue de 0,29 por 100.000 habitantes. La radiografía de los ingresos hospitalarios muestra que la mayoría corresponde a hombres (58,71%), y por edad, a mayores de 65 años (34,48%). Las Comunidades Autónomas con más hospitalizados fueron Asturias (16,38%), seguida de Galicia (13,46%) y Extremadura es la única donde los ingresos disminuyeron. Además, la presentación clínica más frecuente es la neurológica.

Una de las últimas discusiones que arroja el boletín explica que este incremento puede estar asociado a mayor presencia del vector debido a cambios climáticos , modificaciones en la exposición por adecuación de actividades agroganaderas, la presencia de un amplio abanico de reservorios y el cambio en las rutas de aves migratorias. Así mismo, podría deberse no solo a un incremento de la incidencia de la enfermedad, sino, también a una mayor sospecha clínica y diagnóstico.

Por último, Estévez lanza un mensaje de concienciación a las personas que trabajan en el campo o van de excursión para que se examinen si tienen garrapatas al llegar a casa: « En un centro médico pueden extraer a la garrapata y no corres así ningún riesgo de contraer la enfermedad. Nunca pueden quitársela uno mismo ». La prevención es sencilla y basta con observar zonas del cuerpo como el cuello, detrás de las orejas, axilas o ingles. Además, también añade que se tiene que acudir a un especialista antes de las 12 horas de la picadura para que no sea capaz de inyectar el líquido en el cuerpo humano.

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