Un grupo de parlamentarios alemanes pide la prohibición definitiva de la prostitución
Entre otros motivos, consideran que esta actividad es un superpropagador de coronavirus

Un grupo de diputados alemanes, que pertenecen tanto a la CDU de Angela Merkel como al Partido Socialdemócrata (SPD), han enviado un documento a los presidentes de los Bundesländer pidiendo que mantengan cerrado el negocio de la prostitución , en primer lugar por el peligro que supone ante una posible segunda ola de contagios de Covid-19 . «Es obvio que la prostitución tendría el efecto de un superpropagador epidemiológico puesto que los actos sexuales generalmente no son compatibles con el distanciamiento social», dice el documento, que añadía un argumento más: el rastreo las cadenas de contagio resulta mucho más difícil que en cualquier otra actividad porque los contactos con las prostitutas suelen mantenerse en secreto.
Entre los 16 firmantes de la carta figuran el sindicalista Leni Breymaier (SPD), el exministro de Sanidad de la CDU Hermann Gröhe y el epidemiólogo del SPD Karl Lauterbach. Todos ellos coinciden en que las 33.000 prostitutas registradas oficialmente en Alemania y hasta 400.000 en total, según el cálculo de los parlamentarios, pueden suponer un factor multiplicador del virus en cuanto vuelvan a la actividad y proponen, además, la prohibición definitiva de la prostitución, que contemplan en la mayoría de los casos un «trabajo inhumano, destructivo y misógino que las mujeres se ven obligadas a hacer».
El cierre temporal de los burdeles ha puesto de manifiesto que muchas de las prostitutas que trabajan en Alemania no tienen existencia propia. A veces sin registro, lo que supone ilegalidad y ausencia de seguro médico y seguro de desempleo, y a menudo sin hogar que no sea el burdel en el que se prostituyen, muchas de ellas se han quedado en la calle cuando los locales han debido ser clausurados. «Están a merced de sus proxenetas», denuncia la carta, «no es la reapertura de los burdeles lo que ayuda a estas mujeres, sino un puesto de formación o un puesto de trabajo digno que garantice su sustento».
Cinco jefes de burdeles de Stuttgart, que consideran ese documento como una amenaza, han contraatacado con una propuesta enviada a la ministra de Asuntos Sociales regional, Manne Lucha, del partido Los Verdes, con un «concepto de higiene» que creen poder implementar en los establecimientos que dirigen para retomar la actividad con garantías contra la infección. Alegan que los estudios de tatuajes y masajes, que también tuvieron que cerrar el pasado 13 de marzo, ya han podido abrir nuevamente, mientras que la prostitución sigue prohibida. «Esto es injusto», se queja uno de los firmantes de la propuesta, John Heer.
Las medidas que proponen los proxenetas
Los proxenetas quieren exigir el uso de mascarillas en los pasillos de los edificios y zonas comunes, acortar los preliminares y eliminar de sus catálogos en sexo grupal, aunque la medida seguramente más difícil de cumplir para muchos clientes será la que garantice el establecimiento de la cadena de contagio si se produce una infección: se comprometen a tomar nota y verificar la identidad, dirección y teléfono de contacto de cada uno de sus clientes y mantener estos datos en custodia durante cuatro semanas antes de destruirlos.
Los parlamentarios autores de la carta recomiendan sin embargo a los presidentes regionales que introduzcan ayudas de salida basadas en el modelo sueco , proporcionando a las prostitutas, en su mayoría extranjeras, cursos de alemán y una vivienda, atención médica y terapia de trauma.
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