El Gobierno griego responsabiliza a los ciudadanos del desastre de los fuegos
Continúa la búsqueda de supervivientes en medio de la tragedia griega
Un nuevo quebradero de cabeza vivieron ayer los ciudadanos griegos de la zona del Ática, devastada el lunes por los incendios . Esta vez fue una tromba de agua, que provocó la inundación de numerosas viviendas y una saturación de llamadas a los bomberos, sobre todo para retirar el agua en la zona de Marusi , una ciudad dormitorio en el nordeste de Atenas.
Tanto el vicegobernador de Ática, Yorgos Karameros, como el alcalde de Marusi, Yorgos Patulis, pidieron ayer a la población que evitara circular por las calles salvo por máxima necesidad debido a las intensas lluvias. «Primero los incendios, ahora las inundaciones, ¿qué más nos espera?», comentaba ayer Yorgos, uno de los vecinos que perdió su vivienda de veraneo en la localidad de Nea Vutsá, a pocos kilómetros del inicio del fuego, que ha causado por el momento la muerte de 85 personas, casi 200 heridos y un número aún por determinar de desaparecidos.
La falta de un plan de urbanismo y un registro catastral que lleva años inconcluso se ha convertido en la principal causa de «una tragedia anunciada». Los catedráticos y expertos de las universidades griegas no han tardado ni un solo día en denunciar al unísono el caos urbanístico que padece el país, donde llevan años sin respetar reglas tan básicas como no edificar ni poner barreras en torrentes de agua o no construir viviendas en medio del bosque. En noviembre del año pasado, en la región de Mandra, también en Ática, veinte personas murieron ahogadas durante unas lluvias torrenciales.
Durante una visita a Mati –la zona cero de la catástrofe– el ministro de Defensa, Pános Kamenos, aseguró ayer que la mayoría de los propietarios de las viviendas ubicadas en la costa cercana a Atenas «no cuentan con permisos para construir y han ocupado la zona sin reglas». Para el ministro, la la construcción ilegal de esas casas en medio del bosque, fue lo que hizo que muchos caminos y calles estuvieran bloqueados por residencias secundarias y barreras.
Kamenos ha sido hasta ahora el único ministro del Gobierno de Alexis Tsipras que ha tenido el valor de visitar la zona más devastada, pese a la indignación de los vecinos que le han abucheado y jaleado al grito de: «Dejaste que la gente se quemara, nos dejaste a la merced de Dios».
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