El Papa afirma que «todo esfuerzo de paz» fracasa sin reconciliación
Francisco aboga por el perdón, pero también por saber la verdad del conflicto de Colombia
El Papa Francisco presidió ayer un acto en la localidad de Villavicencio para la reconciliación de Colombia tras la firma del acuerdo de paz con las guerrillas de las FARC y desde allí pidió perdonar a los agresores , pero también que se sepa la verdad de lo que ocurrió durante el conflicto armado.
El Santo Padre recordó que «todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación, está condenado al fracaso». «Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz», añadió el Pontífice.
Ante la Gran Cruz de la Reconciliación, en el parque de Fundadores, Francisco oró en silencio por las víctimas. Su mensaje a éstas, que pueden jugar ese papel clave en todo el país, era muy claro: «Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso , sin esperar que lo hagan los otros. ¡Basta una persona buena para que haya esperanza!».
Conmoción
« Estoy conmovido », confesó el Papa al escuchar el testimonio de cuatro personas en un encuentro de reconciliación nacional con 6.000 víctimas de la violencia que ha ensangrentado Colombia los últimos 52 años.
Una de ellas, Deisy, relató que fue reclutada a los 16 años por los paramilitares de Autodefensas Unidas de Colombia. A los 19 fue arrestada y tras dos años de cárcel empezó a estudiar Psicología. Ahora ayuda a víctimas de la violencia. La misma edad tenía Juan Carlos cuando fue enrolado por las FARC y perdió una mano preparando explosivos. Llegó a comandante, pero «con el tiempo me sentí frustrado y utilizado». Logró salir de la guerrilla al cabo de 12 años.
Otra víctima, Pastora, relató que había descubierto a uno de los asesinos de su hijo cuando, unos días después atendió a un muchacho herido y lo instaló en la cama del chico: «El joven vio sus fotos y me contó que era uno de sus asesinos y cómo lo habían torturado antes de matarlo».
La vida de esa mujer refleja la tragedia de Colombia . Cuando tenía seis años, su padre fue asesinado. Después lo serian también su marido y dos hijos.
Francisco le dijo que la reconciliación requiere «asumir la verdad» , como «contar a las familias lo ocurrido con sus parientes desaparecidos» o «confesar qué pasó con los menores de edad reclutados por los grupos violentos». No dejó, sin embargo, pasar la ocasión para mandar un claro mensaje a los guerrilleros instándoles a «aceptar el cambio» a aquellos que «apelaron a la violencia cruel para promover sus fines», al tiempo que sentenció: «También hay esperanza para quien hizo el mal».
Misa multitudinaria
Por la mañana, Francisco había celebrado una misa para 40.000 personas en la llanura de Villavicencio, uno de los territorios más golpeados por medio siglo de conflicto entre guerrillas y Gobierno. Allí beatificó a dos mártires: el obispo Jesús Emilio Jaramillo, secuestrado y asesinado por la guerrilla del ELN en 1989, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, víctima de una turba de asesinos en el estallido de violencia política de 1948.
Francisco también lanzó un mensaje en defensa de la mujer , al afirmar que «en comunidades donde todavía arrastramos estilos patriarcales y machistas es bueno anunciar que el Evangelio comienza subrayando mujeres que marcaron tendencias e hicieron historia». Hay mucho trabajo por hacer , pero también hay buenos ejemplos en el Evangelio pues «en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, delicado», dispuesto a sacrificarse para salvar de la vergüenza pública, y quizá de la muerte por lapidación, a su prometida cuando supo de su embarazo.
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