Francia ampliará de cinco a 12 días el permiso tras la muerte de un hijo
Macron «impone» personalmente la medida a su mayoría parlamentaria después de que ésta se negara a apoyarla

Emmanuel Macron ha «impuesto» personalmente a su mayoría parlamentaria absoluta la ampliación a doce días de permiso a los que tendrán derecho los padres que sufren la muerte de un hijo.
Se trata de un gesto humanitario personal , apoyado inmediatamente por el MEDEF (Movimiento empresas de Francia, patronal), ante una mayoría parlamentaria que se había negado a ampliar significativamente los cinco días de permiso hasta ahora oficiales.
Guy Bricout, diputado centrista del departamento del Norte, había presentado una revisión parlamentaria, ampliado en una semana el permiso laboral concedido a los padres con motivo de la tragedia familiar de un hijo.
Iniciativa humanitaria de evidente importancia simbólica. En Francia (67 millones habitantes, 30 millones asalariados) se dan anualmente unos 4.500 casos de familias víctimas de la muerte de un hijo menor.
Haciéndose eco de varias iniciativas individuales y asociativas, desde hacía varios años, el diputado centrista Guy Bricout estimó que había llegado el momento de ofrecer a las familias una semana más de permiso, pagado , claro está, con el fin de favorecer el más humanos y comprensible recogimiento familiar.
Paradójicamente, la mayoría parlamentaria absoluta de «La República En Marcha» (LREM), el partido de Macron, comenzó por rechazar la propuesta, con una frialdad llamativa y sorprendente, con un detalle de palmaria mediocridad: los parlamentarios «macronianos» aceptaban pasar de cinco a siete días el permiso oficial.
En Francia, se trata de una cuestión más simbólica que práctica. La inmensa mayoría de las empresas conceden a sus empleados los días de permiso que cada cual estima oportunos, tras la muerte de un niño. Se trata de un «consenso» moral básico, que no «necesitaba» modificar la legislación (cinco días de permiso oficial) para ejercer tal libertad.
La mezquindad de los diputados del partido «macroniano» fue percibida como un mensaje social, cultural y políticamente devastador. Y Emmanuel Macron se apresuró a intervenir personalmente, en público, con una frase breve y escueta: pidiendo más «humanidad» su propio partido y grupo parlamentario.
Se trataba de un gesto moral, dirigido a la opinión pública, y de un gesto altamente político, muy sensible.
Muriel Pénicaud, ministra de Trabajo, que se había opuesto personalmente a la ampliación de cinco a doce días del permiso familiar, anunció apresuradamente, el domingo día 2 de febrero, que los senadores del partido de Macron defenderán, en segunda lectura, el proyecto rechazado, en primera lectura en la Asamblea Nacional.
En Francia, la «mecánica» parlamentaria requiere la doble lectura de la Asamblea Nacional y el Senado, para aprobar una Ley o reforma legislativa. Rechazada en primera lectura, la ampliación de cinco a doce días será aprobada en el Senado, para ser aprobada definitivamente en la segunda lectura de la Asamblea Nacional.
La mediocridad moral y política del grupo «macroniano» en la Asamblea Nacional fue percibida de manera muy negativa por la opinión pública. Sensible a las cuestiones humanitarias, el presidente Macron decidió intervenir personalmente en público: comportamiento excepcional, el de un presidente que da un «palmetazo» personal a su partido y grupo parlamentario, cuando Francia atraviesa una crisis moral y cultural de cierta gravedad.
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