Tercer premio XVI Edición Premios ABC Solidario

«La falta de comunicación es lo único que tienen en común todos los casos de violencia filioparental»

La Fundación Amigò, a través del Proyecto Conviviendo, trata de solucionar un problema que se ha convertido en el delito violento más cometido por los menores

Taller grupal de adolescentes en el Proyecto Conviviendo Fundación Amigò
María Lozano

María Lozano

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El concepto de violencia filioparental surgió hace apenas 15 años, pero «ya se ha convertido en el delito violento más cometido por los menores», explica a ABC Irene Gallego, coordinadora de Proyecto Conviviendo en Madrid. La iniciativa impulsada por la Fundación Amigò, que busca resolver este problema entre padres e hijos, ha sido galardonada con el tercer premio de la XVI edición de los Premios ABC Solidario , patrocinados por Telefónica y el Banco Santander.

La presentación de candidaturas para la siguiente edición, la XVII, estará abierta hasta el 10 de diciembre. Se pueden registrar ya en la web www.abcsolidario.com .

La violencia filioparental comprende desde los gritos, insultos y portazos de los menores hasta las agresiones físicas contra sus padres y cada vez se va haciendo más común en España. En la Memoria de la Fiscalía General del Estado 2019 se contabilizan 4.833 procedimientos de violencia ascendente en 2018, frente a 4.665 de 2017 y 4.355 de 2016. No obstante, solo acaban en denuncia ente 10% y 15%, los más graves.

La identificación de las familias que sufren violencia filioparental no es fácil dado que no hay una familia tipo propensa a ello, indica Gallego. «Siempre se piensa que van a ser familias divorciadas y la gran mayoría, más de la mitad son nucleares. En cuanto al entorno, tenemos desde los barrios más desfavorecidos hasta los más ricos de Madrid y desde los niveles educativos más altos hasta personas que no se han podido formar tanto. Lo que sí que tienen en común es esa falta de comunicación en la familia ».

Lo común en todos los casos es el mal manejo emocional

El perfil de los menores sí está más definido. En el proyecto atienden a los menores desde 10 a 18 años, pero en el grueso de los casos tienen entre 14 y 17 años, ya que es en plena adolescencia cuando más explota la violencia. «En general -cuenta Gallego- tienen muy poquita tolerancia a la frustración , muy pocas habilidades en la resolución de problemas, utilizan la violencia porque es el método que tienen para huir. Sí que hay algunos problemas asociados a algunos casos en los que los menores consumen o tienen fracaso escolar, pero lo común a todos es el mal manejo emocional, usar la violencia para enfrentarse a la frustración y al malestar y contar con un vínculo familiar deteriorado».

El Proyecto Conviviendo se lleva a cabo en ocho provincias españolas y tiene un grado de satisfacción de entre el 70 y 80% , es decir, que la mayoría de casos de violencia filioparental se resuelven con éxito. Para atajar el problema, debe existir un compromiso por parte del menor y la familia y la intervención es educativa y psicológica, además de mediación familiar.

«Primero se detectan las necesidades de cada caso, se plantean objetivos, se trabaja siempre con ellos para que sean parte del proceso y se empieza a tratar a nivel individual. Luego se trabaja en grupo: los padres por un lado y los menores por otro», afirma Gallego.

La iniciativa surgió después de que en otros proyectos de la Fundación Amigò quedaran casos de violencia filioparental sin atender. La coordinadora señala que «tras el análisis y contacto con las familias veíamos que este era un problema importante y que no todo el mundo tiene una situación suficientemente grave para ir a denunciar y, muchas veces, el valor de ponerle una denuncia a sus hijos. Además, algunos casos quedan fuera del rango de edad penal. Vimos que había un agujero negro de atención y decidimos ponerlo en marcha para poder dar respuesta aquellas personas que no llega a la fiscalía de menores».

Gallego sostiene que, al ser «la conducta violenta más común entre los menores de edad, a nivel estatal se debería de hacer un plan como el que se elaboró contra la violencia de género ». La coordinadora propone «un protocolo para que todos los equipos de policía actúen de la misma manera cuando les llega un caso de violencia filioparental. Sería un buen paso junto a más recursos especializados y gratuitos porque apenas hay».

Sin embargo, Gallego insta a los familiares que aprendan a detectar este tipo de violencia para poder pedir ayuda cuanto antes, ya que la «recuperación» será más rápida. «La violencia contra las cosas suele llegar antes que la filioparental, por lo que es un indicador claro. Para solventar la situación puede ayudar que las conversaciones familiares del día a día no giren en torno al conflicto que origina el problema», aconseja.

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