«Los etarras están en la calle y a las mujeres que ayudamos a madres embarazadas nos van a llevar a la cárcel»

Los grupos provida seguirán con sus acciones frente a las clínicas abortistas a pesar de la reforma del Código Penal que sanciona con cárcel el acoso hacia las mujeres que tienen intención de abortar

«Rezar el rosario o repartir folletos informativos» no suponen «actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos» según estos grupos

Los provida emplazan al Congreso a ver la labor que realizan frente a las clínicas abortistas

La policía dialoga con unos voluntarios de «40 días por la vida» que rezan frente a una clínica abortista en Madrid en septiembre de 2021 Guillermo Navarro

José Ramón Navarro Pareja

Nada va a cambiar. Los grupos provida que realizan acciones ante las puertas de clínicas abortistas españolas no van a modificar sus acciones ante la reforma del Código Penal que entra en vigor este jueves (tras ser publicada en el BOE el miércoles 13 de abril) y que condena con penas de cárcel el acoso a las mujeres que acuden a estas instalaciones.

«No nos afecta» , explican a ABC, porque, tras consultar a varios juristas entienden que sus rezos pacíficos o el repartir folletos con alternativas al aborto no suponen «actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos» hacia las mujeres que se acercan a las clínicas o hacia sus trabajadores, tal como recoge la norma . De hecho, anima a cualquiera que tenga dudas a que se acerquen «a comprobar que sólo pretendemos ayudar» .

Es el caso de «40 días por la vida» un grupo de voluntarios que convoca a los jóvenes a rezar el rosario frente a las clínicas. Su última campaña finalizó este 10 de abril y «ha movilizado a 5.500 voluntarios que cubrieron 15.000 horas de oración en 19 ciudades españolas», explica su coordinadora, Ana González.

«No vamos contra la norma», enfatiza. «Apelamos a nuestro derecho de reunión y de libertad religiosa. No es delito rezar en la calle », explica. «Nosotros sólo rezamos pacíficamente y en ningún momento nos acercamos a las mujeres», añade. Si alguna de estas mujeres se acerca a ellos, no tienen problema en hablar «para ofrecerles nuestra ayuda y apoyo», pero «no somos invasivos».

Desde la organización tienen un «estricto protocolo» dirigido a todos los voluntarios en el que les recuerdan que sólo deben rezar y no interactuar con las mujeres, salvo que se acerquen con ánimo de dialogar. «En caso de que nos acosen, les pedimos que actúen como haría Cristo en esa situación». De hecho, «esta última campaña ha sido muy pacífica y tranquila, no ha habido ningún enfrentamiento» . A pesar de la reforma del Código Penal tienen previsto realizar una nueva campaña para fines de este año.

"Rescatadores"

Desde los «Rescatadores de Juan Pablo II» la interacción con las mujeres que se acercan a las clínicas es más directa. Les reparten folletos informativos sobre el aborto y sus alternativas . «La mayoría lo cogen, salvo que vayan acompañadas por sus parejas o sus padres, y muchas se paran voluntariamente a hablar con nosotros», comenta Marta Velarde, presidenta de la entidad.

«Somos muy prudentes y discretos, pero las mujeres que acuden a las clínicas necesitan hablar, contar lo que les pasa», explica. Unas conversaciones que, en muchas ocasiones, acaban con un cambio de opinión en las mujeres. «En nueve años de rescates hemos conseguido salvar 6.200 bebés» , puntualiza.

Otras veces, sin embargo, hay mujeres que después de haber abortado «salen, nos dan un abrazo, y nos dicen '¿por qué no estabais aquí cuando he entrado a abortar?' . Eso nos rompe el corazón, pero es verdad, no podemos estar en todo momento», se lamenta la presidenta de los rescatadores.

Marta Valverde no entiende que tras el cambio normativo, sus acciones puedan implicar penas de prisión . « En este tiempo no hemos tenido ninguna denuncia . La Policía ya ha venido muchas veces, porque les llaman desde las clínicas, y no nos ha ocurrido nada», explica. «Pero ahora es el mundo al revés: los etarras están en la calle y a las mujeres que ayudamos a madres embarazadas nos van a llevar a la cárcel», remarca.

Sin embargo, esta amenaza no va a llevarles a abandonar sus acciones. «Muchas personas han venido a ver lo que hacemos, periodistas, abogados... y todos nos dicen que no estamos haciendo nada malo, al revés, que estamos ayudando », comenta Velarde. « Nadie quiere dejar de hacer rescates», explica.

De hecho, la semana que viene, cuando las clínicas vuelvan a abrir sus puertas tras las vacaciones de Semana Santa, tienen previsto volver a sus alrededores para seguir repartiendo folletos y hablando con las mujeres que hasta allí se acerquen. Convencidos de su legalidad, los grupos provida continuarán con sus acciones a pesar de la amenaza de cárcel.

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