España minimiza la cepa británica con una limitación parcial de sus vuelos
Mantiene los viajes de retorno para los ciudadanos españoles y residentes, mientras el Gobierno británico informa de un caso ya presente en Gibraltar
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El Gobierno de España minimiza por el momento el impacto y el alcance de la nueva cepa del coronavirus originada en Reino Unido . Las fuentes gubernamentales consultadas creen que este caso genera un alarmismo que desborda los riesgos reales de esta variante del SARS-CoV-2. Un diagnóstico que se pone de manifiesto en las decisiones adoptadas este lunes por el Ejecutivo.
Más de 24 horas después de que varios países de la Unión Europea comenzasen a actuar, el Gobierno anunciaba una limitación parcial, no una suspensión, de los vuelos con Reino Unido que entrará en vigor hoy mismo. No se trata de un cierre completo de la frontera aérea porque se permite el flujo de viajeros siempre que se trate de ciudadanos españoles o residentes en nuestro país. En un día como este lunes AENA tenía programados unos 200 vuelos con salida o llegada a Reino Unido.
Fuentes gubernamentales informaban de que la medida se tomó «después de que se haya expuesto en Bruselas la necesidad de tomar medidas coordinadas» , que es lo que había demandado España y pese a que en ese momento no se había tomado ninguna de carácter comunitario. La decisión se adoptó «de manera concertada con Portugal». Pedro Sánchez mantuvo una conversación sobre estas decisiones comunes con su homólogo, el primer ministro luso Antonio Costa. Y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, hizo lo propio con la ministra portuguesa de Sanidad, Marta Temido. Tras ese intercambio de llamadas la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, informó de la decisión al gobierno británico y a la Comisión Europea.
El Ejecutivo de Sánchez, que el domingo rechazaba las decisiones unilaterales y pedía actuaciones coordinadas, se refugió para actuar en esa decisión consensuada con Portugal. Sin embargo, ya se conocía con antelación que Portugal solo permite volver desde Reino Unido a ciudadanos nacionales lusos. El Ejecutivo de Costa lo había anunciado el domingo y estaba en vigor desde ayer, un día antes.
Un mes con PCR
El motivo por el que aquí se apostó por esta medida parcial es que el Gobierno interpreta que las medidas vigentes son suficientes , en referencia a que para entrar en España es obligatorio que todo pasajero procedente de países o zonas de riesgo se realice una prueba diagnóstica en las 72 horas previas al vuelo y que ésta sea de resultado negativo. Todavía durante la mañana de ayer se insistía desde el Gobierno en la garantía que ya suponía el mecanismo de solicitud de PCR en origen, cuyo refuerzo se anunció el pasado domingo. Un análisis que se defendía en privado pero también en público. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aseguraba por la mañana que España «está protegida», ya que es el país que «con más rigor» pide pruebas PCR para entrar en el territorio. Pero esta medida se está aplicando desde hace escasamente un mes, en concreto, desde el 23 de noviembre.
Por la mañana en una entrevista Salvador Illa, que aseguró que a día de hoy no hay «constancia» de que la nueva cepa se encuentre presente en España, aunque ello no significa, quiso matizar, «que no lo esté». No obstante, el ministro de Sanidad reiteró que se puede considerar que nuestro país está ya al «inicio de la tercera ola» tras constatar «con toda claridad» el cambio de tendencia en la evolución de la curva de contagios: «No vamos bien. Tenemos que estar alerta porque estamos a las puertas de unos días excepcionales (...). Nos tenemos que mentalizar todos».
El Gobierno considera, por tanto, que la nueva variante de coronavirus no variará sustancialmente la realidad del combate contra el patógeno porque las medidas ya implantadas sirven tanto «para evitar su entrada como su propagación» en el caso de que ya haya entrado a territorio español.
Una posibilidad creciente y que se consolidaba cuando Reino Unido comunicó que tenía constancia de que la nueva cepa ya estaba en Gibraltar . Tras ese anuncio, la respuesta del Gobierno incluyó un refuerzo de los controles en el paso fronterizo en el Peñón.
Expansión de la cepa
El Gobierno de Boris Johnson anunció ayer que ya se han detectado casos de la nueva cepa del coronavirus en Dinamarca y Australia y Gibraltar, donde hay de momento uno, de manera que ya está en la Península Ibérica. Pese a las cautelas de las autoridades españolas al respecto, existe el temor de que Gibraltar se convierta en la entrada en España de la nueva cepa del coronavirus, que el gobierno británico considera que es hasta un 70% más contagiosa. De momento, las conexiones aéreas entre el Peñón y el Reino Unido se mantienen, aunque los viajeros deben presentar una prueba de Covid-19 negativa para poder entrar.
Precisamente, Gibraltar, que tiene una población de 33.000 personas, ha experimentado en los últimos días un repunte de casos, que ayer alcanzaron los 202, por lo que fueron introducidas nuevas medidas para atajar el brote. El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, reconoce que ya en noviembre hubo un caso derivado de esta cepa, pero lo plantea como un asunto superado: «No podemos decir con certeza que haya una nueva cepa en Gibraltar. Hubo un caso en noviembre, pero ese vector fue cerrado ». Picardo anunció que solo tres familias podrán reunirse por Navidad y pidió a las personas mayores de 70 años que no se reúnan con sus seres queridos, e hizo un llamamiento para que los padres no lleven a sus hijos al colegio. Y advirtió de que la «apatía y la irresponsabilidad» de una minoría están afectando a todos.
También hay personas infectadas con la nueva variante en Holanda, Italia y Bélgica, mientras que Francia y Sudáfrica están pendientes de confirmar también sus sospechas sobre casos de infectados con la nueva cepa en sus territorios. El ministro de Salud francés, Olivier Veran, dijo que es «muy posible» que la nueva variante esté circulando por Francia a pesar de que las pruebas no la han detectado, mientras que las autoridades sudafricanas afirmaron que han encontrado una variante «muy similar» a la encontrada en el Reino Unido por lo que Alemania y Suiza suspendieron los viajes desde este país.
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