La enfermera Pauline Cafferkey derrota de nuevo al ébola
Deja la planta de aislamiento de Londres y viaja a Glasgow tras haber estado al borde de la muerte
La enfermera escocesa Pauline Cafferkey , de 39 años, se ha convertido en la única persona que ha derrotado por dos veces al virus del ébola. El hospital Royal Free de Londres, en cuya planta de asilamiento convalecía desde el 9 de octubre tras recaer con una meningitis activada por el ébola, comunicó ayer que se ha recuperado y volará a Glasgow para completar su convalecencia en un hospital de su tierra. Hace tres semanas se temió seriamente por su vida y se calificó su situación de “crítica”.
«El virus original que se contagió en África hace unos meses seguía dentro de su cerebro, a un nivel muy bajo, y emergió causándole la meningitis. Realmente es una situación sin precedentes”, ha explicado Michael Jacobs, el médico que la ha tratado. El caso causó el asombro de la comunidad científica y obligó a controlar a más de cuarenta personas a las que Pauline trataba en su vida cotidiana. Dando por hecho que estaba plenamente curada, en marzo se había reincorporado a su trabajo como enfermera en un ambulatorio escocés del servicio nacional de salud. En el hospital Royal Free de Londres ha sido tratada con buen resultado con el fármaco experimental GS5734.
La enfermera ha expresado su gratitud con un comunicado : «Estaré por siempre agradecida por los asombrosos cuidados que he recibido en el Hospital Royal Free y en la sanidad pública. Por segunda vez han trabajado de forma increíblemente dura para ayudarme».
El centro londinense informó así de la buena noticia: «Estamos encantados de poder anunciar que Pauline Cafferkey se ha recuperado por completo del ébola y está lo suficientemente bien como para volar a Escocia».
La enfermera viajó como voluntaria a Sierra Leona en pleno pico de la epidemia, el pasado noviembre. El 28 de enero regresó a Londres y el 30 de diciembre fue ingresada. Tras una convalecencia agónica, recibió el alta a final de mes y se declaró “feliz por estar viva”. Los médicos aseguraron entonces que ya no era una paciente infecciosa e incluso se había reincorporado a su trabajo como enfermera en un hospital público cercano a Glasgow.
A comienzos de octubre acudió a un médico generalista de Glasgow porque se encontraba mal, pero le dijo que probablemente era una dolencia menor y la envió a casa. Al día siguiente fue ingresada en un hospital de Glasgow y 9 de octubre un avión militar medicalizado la trasladó al centro clínico de Londres donde ya había sido tratada a comienzos de año, cuando se convirtió en el primer ciudadano británico contagiado por el virus.
Poco antes de su recaída, Pauline recibió uno de los premios Orgullo de Gran Bretaña. Se distinguía su labor humanitaria en África, donde se jugó la vida por ayudar a los demás , un trabajo del que dejó testimonio con un diario que publicó en la prensa. Con motivo del galardón fue recibida por Samantha Cameron en el Número 10 de Downing Street. Aquel día comentó a la BBC que padecía dolores de articulaciones y problemas de tiroides y que se encontraba cansada, pero se lo tomaba con humor y bromeó diciendo que esas molestias le hacían “parecer más vieja” que los otros dos supervivientes británicos del ébola, que no arrastran secuelas.
Desde diciembre de 2013 en que estalló el brote de ébola han muerto en África Occidental por la enfermedad 11.312 personas.
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