El Ejecutivo recela de medidas de relajación diferentes entre regiones

Defiende que el fin del permiso retribuido no es ninguna relajación ante las críticas

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La Policía Local de Zaragoza realiza tareas de vigilancia durante el estado de alarma Fabián Simón
Víctor Ruiz de Almirón

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El Gobierno recela de la idea de que las medidas de desescalada del confinamiento puedan ser diferentes en función de cada Comunidad Autónoma. Varias regiones han demandado desde el inicio de esta crisis un trato diferenciado a cada región en función de la incidencia de la epidemia del coronavirus. En este sentido varias reclamaron el cierre mediante medidas de contención más estrictas como el cierre de la Comunidad de Madrid. Muchas de ellas siguen lamentando en privado que no se tomara esa decisión y apuntan a la «diáspora madrileña» como una causa de la propagación de la enfermedad en sus regiones.

«Desde que el 9 de marzo que se cerraron los colegios en Madrid hasta el día 14 que se decretó el estado de alarma pasó mucho tiempo», lamentan desde una presidencia autonómica. Las regiones que tienen frontera con la Comunidad de Madrid (las dos Castillas) y las zonas del levante donde proliferan las segundas residencias tienen muy estudiado el efecto en sus regiones de esta incidencia. «En el mes de marzo hemos atendido a un 300% más de personas con tarjeta sanitaria de la Comunidad de Madrid que en marzo del año pasado», explican en una de ellas.

La demanda de un trato diferenciado en el momento inicial del confinamiento se reproduce ahora que se empieza a vislumbrar la posibilidad de flexibilizar algunas medidas . De momento se mantendrán hasta el 26 de abril las medidas adoptadas hasta la fecha. Y a partir de ahí se abre el abanico de posibilidades para flexibilizar algunas medidas. No obstante, fuentes del Gobierno alertan de que esto «no debe darse por hecho». Apuntan además que con el puente de mayo pocos días después «no es razonable» que se den cambios sustanciales . Pero éstos vendrán a buen seguro a lo largo del mes de mayo. El Gobierno trabaja ya en estos escenarios desde hace muchos días. Pero, al contrario de lo que le demandan varias regiones, no ha dado a conocer todavía un plan de desescalada concreto. Lo que está generando incertidumbre.

Ya en la pasada reunión entre presidentes autonómicos por el coronavirus del pasado domingo esta cuestión estuvo encima de la mesa. Hay regiones que creen que la curva epidemiológica en sus regiones permitiría en unas semanas empezar a tomar medidas . Lo piensan por ejemplo en las islas, pero también en la Región de Murcia. Mientras que un presidente autonómico apuesta por zonas de «confinamiento reforzado» respecto a otras en las que podría empezar la vuelta a la normalidad. Aunque en Castilla y León defienden que no es razonable hablar ahora de medidas de relajación, sí creen que cuando éstas se desarrollen deben hacerse de manera segmentada y en función de la especificidad de cada territorio.

Fuentes gubernamentales confirman que esas opciones se han estudiado. Pero insisten en que «no hay nada decidido» . Pero miembros del Consejo de Ministros rechazan de plano esta posibilidad. «De momento se está estudiando, pero esas diferencias por el momento no se están planteando. No se está enfocando así», aseguran desde el Gobierno. Todo apunta a que el Gobierno trabaja más con las variables de ir desescalando en función de las actividades económicas y no por territorios.

El fin del permiso retribuido

No existe unanimidad de criterio y sí mucha inquietud entre las diferentes comunidades autónomas consultadas por cuáles van a ser los planes del Gobierno en lo que se refiere a las medidas de desconfinamiento. En primer lugar, existe malestar en algunas regiones por el hecho de que el Gobierno no haya decidido prolongar el permiso retribuido que ha estado en vigor dos semanas y que obligará a la vuelta al trabajo el lunes y el martes de la próxima semana de muchos puestos de trabajo no esenciales . Obligando a volver a la actividad presencial a muchos sectores, como la construcción, que no tienen capacidad para el trabajo telemático.

El Gobierno se defiende argumentando que no se produce ninguna desescalada y que seguimos en fase dura de confinamiento. Y se afana en explicar que simplemente caducan las medidas de un real decreto que era excepcional. Pero las críticas llegan indistintamente al margen de los colores políticos. Desde la Junta de Castilla y León, gobernada por PP y Ciudadanos, pero también desde la Generalitat de Cataluña se ha alertado de los riesgos de la vuelta a la actividad productiva de la próxima semana . El Gobierno independentista catalán ya señala al presidente del Gobierno como «responsable» de un eventual rebrote.

Pese a la evidencia de que esa medida excepcional se ha terminado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistió en que no se trata de ninguna relajación : «España sigue en confinamiento, no levanta ninguna medida. Tenemos un nivel de medidas muy drásticas. No se puede salir del domicilio si no es por condiciones muy tasadas. Solo ha vencido una medida muy excepcional que se adoptó para evitar que se siguieran sobrecargando las UCI y el sistema sanitario. Esperamos ver mejores resultados en las próximas semanas».

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