EE.UU. pondrá la cuarta dosis de la vacuna de Covid en mayores de 50 años

También permite un nuevo refuerzo para las personas con inmunodeficiencia, lo que supondría su quinta dosis

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La Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA, en sus siglas en inglés) dio ayer luz verde para una segunda dosis de refuerzo para la vacuna del Covid-19. El regulador dio la autorización para que los mayores de 50 años reciban la que sería su cuarta dosis : las dos iniciales de la pauta completa, más la de refuerzo aprobada el pasado otoño y la que se acaba de autorizar.

El aprobado de la FDA es para las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna y se puede recibir pasados cuatro meses del primer refuerzo. La autorización también permite un nuevo refuerzo para las personas con inmunodeficiencia, lo que supondría su quinta dosis (esta población recibió el año pasado autorización para una tercera dosis previa a los refuerzos). En estos casos, permite el nuevo refuerzo de la vacuna de Pfizer/BioNTech para los mayores de 12 años y de la de Moderna para los mayores de 18 años.

La decisión de la FDA llega en un momento de incertidumbre sobre la evolución de la pandemia: después de que la variante ómicron asolara EE.UU. y otros países -como España-, los casos se han desplomado, pero hay preocupación sobre la incidencia de una nueva variante -BA.2- que ha demostrado todavía más transmisibilidad que Ómicron; al mismo tiempo, no hay unanimidad en la comunidad científica sobre los beneficios de implantar un segundo refuerzo en la población general, después de que muchos se hayan puesto el primer refuerzo y pasado por la enfermedad durante la oleada de ómicron, y ante dudas sobre efectividad para evitar infección.

La decisión del regulador está fundamentada en la capacidad de un nuevo refuerzo para seguir evitando los casos más severos provocados por la enfermedad, ante la pérdida de efectividad de la vacuna con el paso del tiempo.

El máximo responsable sobre vacunas de la FDA, Peter Marks, resumió la posición del regulador sobre los refuerzos: defendió que todo aquel que es elegible para el primer refuerzo, debe ponérselo. En el caso del segundo refuerzo, el que se aprueba ahora, es para grupos de población de más riesgo porque hay pruebas de la que protección de la vacuna y de su primer refuerzo puede debilitarse con el tiempo y la nueva opción «ayudará a salvar vidas y prevenir los casos graves».

La decisión tiene que ser todavía confirmada por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), pero se espera que lo haga. Sin embargo, en lugar de una recomendación explícita para que la población autorizada se ponga la cuarta dosis, la autoridad médica defenderá que se puede hacer .

En un principio, Pfizer/BioNTech solicitó que su segundo refuerzo fuera para los mayores de 65 años, mientras que Moderna lo pidió para todos los adultos. La FDA decidió finalmente usar el umbral de 50 años porque es entonces cuando se vuelven más comunes las enfermedades crónicas que pueden suponer un riesgo decisivo a quienes se contagian con Covid.

Efectiva en un 80% de los casos graves

Según los CDC, el primer refuerzo fue muy efectivo para evitar casos graves durante la ola de Ómicron . La pauta completa fue efectiva en un 80% para evitar los casos que requieren de uso de ventilador o fallecimientos, mientras que fue del 94% para aquellos que tenían el refuerzo.

Sobre el segundo refuerzo, solo hay datos de Israel, donde la población mayor de 60 años ha tenido la posibilidad de ponerse la cuarta dosis. Los resultados de estudios en aquel país muestran efectividad para casos graves: por ejemplo redujo en un 78% los fallecimientos entre los mayores de 60 años para aquellos que tenían la cuarta dosis frente a quienes tenían tres. Pero, al mismo tiempo, no ofrecía grandes diferencias para grupos de población más joven y sin problemas médicos y, como también ha ocurrido con Ómicron, la protección para evitar el contagio no dura mucho y es débil.

Una de las dudas es cuándo utilizar ese segundo refuerzo, ante el desplome actual de casos, la posibilidad de que haya una nueva oleada el próximo otoño y la incertidumbre sobre las características de eventuales próximas variantes.

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