El doctor Argudo, artífice de la «resucitación»: «Nos esforzamos por no dar a Audrey nunca por perdida»
Habla para ABC el doctor del Servicio de Medicina Intensiva Hospital Vall d’Hebron
A sus 32 años el doctor Eduard Argudo ha protagonizado un caso que ha sorprendido el mundo y que, muy probablemente, pasará a los anales de la historia de la medicina española. Él y el equipo que realiza la técnica ECMO de reanimación en el hospital barcelonés de la Vall d’Hebron lograron salvar la vida de Audrey, una mujer que «resucitó» tras más de seis horas de «muerte cardiaca» . Desbordado por el interés que ha despertado su caso, explica a ABC cómo vivió el proceso para salvar a Audrey , a quien los médicos nunca dieron por perdida.
¿Qué es la técnica ECMO?
Es un dispositivo que suple la función del corazón y los pulmones para que los pacientes aguanten más tiempo hasta que se resuelve su situación, en el caso de Audrey era la hipotermia. Yo formo parte del equipo que gestiona este servicio en la Vall d’Hebron.
En el caso de Audrey se habla abiertamente de «resucitación»...
El ECMO se usa para casos de insuficiencia cardíaca o respiratoria que no responden a los tratamientos convencionales. También se usa en casos de parada cardíaca en los que la reanimación no recibe respuesta. Son casos muy concretos, como el de Audrey sí.
¿Se puede hablar de milagro?
Yo no creo en los milagros, es un caso de trabajo bien hecho y coordinado entre muchos. Mucha gente hizo lo que tocaba y esos han sido los resultados. Pero en parte sí, podemos hablar de un milagro divino.
¿En qué momento fue consciente de que no era un caso normal?
Desde el minuto uno. Aquí no son frecuentes los casos de hipotermia accidental tan graves. Son excepcionales y pasan cada varios años. Cuando nos avisaron de su estado ya sabíamos que era una situación distinta. Nos esforzamos para no darla nunca por perdida, darlo todo y salvarle la vida si es que tenía alguna esperanza, cosa que no sabíamos.
En su caso, aseguran que la hipotermia fue su tabla de salvación.
Exacto. La causa de todo era una hipotermia que le paró el corazón, pero que también le salvó el cerebro. Eso se debe a que esta bajada de temperatura hace disminuir el consumo de los órganos, también el cerebro. Entonces sus neuronas necesitaban muy poco oxígeno para mantenerse vivas. Gracias a eso aguantó tantas horas y ha sobrevivido sin secuelas.
A veces, cuando los medicos insisten y no dan por «desahuciados» a sus pacientes, se salvan, y sin secuelas...
Tenemos que ser muy conscientes de que esto fue así de bien con Audrey por la causa del paro cardíaco, que era una hipotermia. En un parón convencional, conforme pasan los minutos el cerebro se daña rápidamente hasta llegar a la muerte. Igualmente, su caso nos dice que esta técnica ECMO nos abre las puertas para recuperar a enfermos que en otras condiciones no habrían sido salvados.
¿Cuál fue el momento más tenso en el caso de Audrey?
La tensión antes de su llegada era muy alta, no sabíamos qué íbamos a encontrar o qué haríamos por ella. También fue muy emocionante cuando logramos que su corazón volviera a latir por sí mismo. A la vez, fueron segundos de preocupación porque eso no aseguraba que ella fuera a seguir adelante. Conseguimos despertarla y vimos que respondía, que nos entendía y que su cerebro funcionaba. Eso también fue un momento clave.
Todo lo que podía salir bien, salió bien…
Podemos decir que sí, en su caso todos los momentos críticos fueron superándose y fueron bien. Nos coordinamos entre muchos para llegar a tiempo, para ofrecerle un tratamiento rápidamente, logramos que su corazón latiera, pudimos estabilizarla después de un fallo multiorgánico de pulmón, riñones e hígado y finalmente despertarla. Entre muchos hicimos que tirara hacia adelante, y esa es la mayor satisfacción.
Ustedes nunca hablaron de muerte, dicen sus padres.
Hicimos todo lo que estaba en nuestras manos pero el riesgo de muerte estaba y era muy alto.