Dinamarca vuelve al cole
Unos 650.000 alumnos han regresado este miércoles a los colegios y Kindergarten del país, mientras que los alumnos de instituto, sin embargo no lo harán hasta el 10 de mayo
Olef está emocionado. No por el hecho de volver hoy al colegio , en el distrito Valby de Copenhague , cerrado desde el 12 de marzo. Olef, de siete años, dice abiertamente que prefería seguir en casa. «No me apetece nada», refunfuñaba en el desayuno. El motivo de su agitación es que a primera hora ha acudido a visitar su clase la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
«¿Quién de vosotros ha visto alguna vez un coronavirus?», les ha preguntado, «¡exacto! ¡muy bien! El coronavirus no podemos verlo, pero sabemos que está ahí y por eso es muy importante que prestéis mucha atención a las medidas de seguridad». Se refería a sorpresas que Olef y sus compañeros se han encontrado esta mañana al llegar al colegio: marcas verdes en el suelo que ayudan a respetar la distancia de seguridad, pausas cada 45 minutos para ir a lavarse las manos y el orden de la clase modificado. Ya no se sientan en pupitres de a dos, sino en mesas individuales separadas por dos metros de distancia.
Aproximadamente unos 650.000 alumnos han regresado hoy a los colegios y Kindergarten de Dinamarca en estas mismas condiciones. Es el grupo de avanzadilla. Las clases se ha reanudado solamente en la mitad de las ciudades danesas y solamente en el 35% de los centros de Copenhague. El número de colegios abiertos irá aumentando progresivamente hasta el 20 de abril.
El gobierno ha abierto la puerta y las direcciones de los colegios van tomando la decisión a su propio ritmo, a medida que están preparados y hay acuerdo entre el equipo directivo, el personal y la asociación de padres. La condición para sumarse a la actividad lectiva es poder garantizar las medidas de seguridad y, aunque en principio ha habido cierta resistencia por parte de algunas familias, que recabaron 18.000 firmas e el documento “Mi hijo no es un conejillo de indias”, finalmente se ha impuesto un amplio consenso a favor de ir recobrando cierta normalidad.
Serias consecuencias del aislamiento en niños
«Algunos padres nos han hecho saber que sus hijos van a permanecer en casa y lo respetamos. Hay que tener en cuenta las diferentes situaciones familiares de cada uno. Pero también es positivo que las familias que se sienten preparadas para dar el paso puedan hacerlo », dice el director del colegio de Nørrebro en la capital danesa. «Creo que podemos confiar en las medidas de seguridad y, si caemos enfermos, podemos recurrir al sistema sanitario. No hay que caer en pánico. Y sobre todo pienso que para los niños permanecer aislados tiene también serias consecuencias que deben pesar en la balanza», dice Christina, madre de dos niños que retornan hoy a las aulas.
Los alumnos de instituto , sin embargo, no lo harán hasta el 10 de mayo . Hasta entonces continuarán recibiendo «colegio online» como hasta ahora. «Por razones de salud, porque los más pequeños enferman con mucha menos frecuencia, se ha tomado esta decisión, pero para los más mayores es duro porque tienen por delante exámenes de grado que determinarán sus posibilidades futuras de estudio. Esto no se ha tenido en cuenta y puede tener consecuencias», sigue la misma madre.
«En nuestro caso no vamos a abrir todavía», aclara Jörgen, cuidador de guardería que acude a trabajar diariamente, pero que solo realiza tareas de mantenimiento sin niños, «cuando se trata de niños menores de cinco años, como son los de mi grupo, es muy difícil que mantengan las medidas de seguridad y de higiene necesarias y la dirección ha acordado con los padres aguardar unas semanas más, pero estoy de acuerdo con que los grupos de más edad estén ya funcionando. Es mucho lo que los niños ganan aquí y no es bueno para ellos prolongar las cuarentenas o confinamientos durante tantas semanas».
Al salir de clase, Olef y Erik han informado a sus madres de las novedades, manteniendo disciplinadamente la distancia que ellas también guardan, cada una junto a su coche. «Yo he elegido un jabón con olor a menta, pero Erik ha elegido el de lavanda», titula es escolar reconciliado con la rutina educativa, «y el profe de deporte ha dicho que ya no vamos a jugar el fútbol pero que vamos a aprender salto de longitud».
Olef no sabe que Dinamarca ha registrado 6.700 casos de covid-19 y 299 fallecidos por esta enfermedad. Tampoco tiene idea acerca de los estragos que el virus está causando en España, país al que hasta ahora iba cada verano de vacaciones y en el que vive su abuela. «Sencillamente parece familiarizarse con esa nueva normalidad que a nosotros nos cuesta tanto pero que para ellos es casi como otro juego más», explica su mamá, «si no podemos ir a Alicante este verano, eso sí que será difícil para él».
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