Sin brazos ni piernas, escaló el Kilimanjaro y va por el Aconcagua: Kyle Maynard, campeón de lucha libre

Arranca hoy «Lo que de verdad importa», un encuentro para que los jóvenes reflexionen sobre sus prioridades. Su décima edición reúne a emprendedores, personas dedicadas a los demás y ejemplos de supervivencia

Kyle Maynard es campeón de lucha libre

JOSEFINA G. STEGMANN

Es un congreso con un nombre extraño. Se llama «Lo que de verdad importa». Estamos más acostumbrados a escuchar o realizar cursos de informática, de marketing, de cocina, de inglés, de formación de las más variadas disciplinas. ¿ Será precisamente que nos suena raro lo que importa porque muchas veces se nos olvida?

Quizás por ello esta fundación ha puesto en marcha estos encuentros gratuitos, apolíticos y abiertos a todas las creencias que se celebra cada año en ocho ciudades de España .

Este viernes tiene lugar en Madrid y está dirigido sobre todo a jóvenes universitarios o que están a punto de empezar una carrera para darles un nuevo punto de vista a través de las vivencias de otros. Son «otros» que no son cualquiera, que tienen mucho que decir y que es difícil que no nos hagan volver a casa con alguna reflexión sobre nuestra vida, sobre cómo la estamos llevando y hacia dónde.

Personas dedicadas a ayudar a los demás como Paco Arango, presidente de la Fundación Aladina dedicada a mejorar las condiciones de los niños con cáncer ; un emprendedor de tan solo 24 años que no ha hecho más que cosechar éxitos pero que recuerda cuán doloroso y difícil es hacer lo que uno le gusta; un deportista que se quedó en silla de ruedas esquinado y que aún así sigue practicando este deporte con su hijo o un joven americano de 30 años que le da gracias a la vida por todo lo que aprendió al haberse quedado sin brazos y sin piernas...Todos ellos se reúnen en un mismo lugar para contar qué es lo que importa realmente en la vida .

MAYA BALANYA

Kyle Maynard: «Lo que me ha pasado en la vida es un regalo, me permitió ayudar a otros»

California por amor. No funcionó pero él decidió quedarse allí. Su vida siguió adelante pero superó algo mucho más importante que el desamor. Maynard nació sin brazos ni piernas y, pese a ello, no solo ha conseguido ser campeón de lucha libre, también ha escalado el Kilimanjaro y va a por más: su próximo desafío es el Aconcagua. Kyle, que no deja nunca de reír, confiesa cuán agradecido se siente con su vida. «Lo que me ha pasado ha sido un regalo para mí, me ha permitido conocer y ayudar a otros».

MAYA BALANYA

Paco Arango: «No cambiaría mi dedicación a los niños con cáncer por nada del mundo»

Es mexicano y lo delata su acento, pero lleva toda una vida en España. Paco Arango lo hace todo y en todo es exitoso: productor, creador de series de televisión, director de cine, cantante y, para él, lo más importante: director de la Fundación Aladina creada para mejorar las condiciones de los niños con cáncer en los hospitales y la atención a las familias. «Es duro, pero no cambiaría mi dedicación a los niños con cáncer por nada. Aprendo muchísimo con ellos», confiesa Arango y empuja a los jóvenes a vivir cada día pensando en dejar algo en el mundo.

MAYA BALANYA

Jaime Garrastazu: «Emprender no siempre es la mejor opción»

Tiene tan solo 24 años. Él, junto con tres amigos de su edad, crearon Pompeii Brand, una marca dedicada a la venta de zapatillas online. Lo que empezó como un simple proyecto entre amigos para poner en marcha algo que les gustaba, las zapatillas, se convirtió en un éxito rotundo. Sin embargo, Jaime intenta transmitir que el emprendimiento no siempre es la mejor opción. «El emprendimiento es algo muy duro, que produce mucho sufrimiento y muchas horas de trabajo. Cada uno tiene que descubrir lo que realmente les gusta y perseguirlo. Nuestro camino ha sido este».

ABC

Jorge Font: «La verdadera discapacidad es la soledad, yo estoy en deuda con la vida»

Jorge Font es mexicano, tiene 48 años. Hace 28 sufrió un accidente esquiando que le provocó una lesión medular y lo dejó en una sillade ruedas. Sin embargo, Jorge se siente un deudor con la vida por el cariño que recibe de la gente que le rodea, sobre todo de su hijo Pablo, de 12 años, con el que sale a esquiar siempre que puede. Para él, «la verdadera discapacidad es la soledad», sentencia. Su misión es transmitirle a los jóvenes no solo una historia de supervivencia sino también la importancia de la disciplina y el esfuerzo que da el deporte.

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