Cristina Saura: «La leche materna podría utilizarse para diagnosticar el cáncer de mama»
Una idea rompedora ha abierto la puerta al desarrollo de una nueva herramienta de diagnóstico precoz
La ciencia avanza entre curiosidades, casualidades y, a veces, por el empeño de quienes no han puesto nunca un pie en el laboratorio. Si hoy Cristina Saura y Miriam Sanso están investigando cómo detectar precozmente el cáncer de mama a través de la leche materna es gracias a Mayte. Ella es una de las pacientes de Saura, jefe de Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona e investigadora principal del grupo de cáncer de mama en VHIO. Mayte estaba embarazada de su tercera hija cuando le detectaron un tumor en el pecho y hacía muy poco que había abandonado la lactancia materna del segundo. Su preocupación añadida era que podía haberle transmitido el cáncer a su hijo con la lactancia. «Aunque le decíamos que esto no era posible, un día apareció en la consulta con unas bolsas de leche para analizarlas . En lugar de tirarlas, pensé que podía ser un camino interesante y decidí analizarlas . Resolver la inquietud de Mayte fue fácil: el cáncer no se puede transmitir de esa manera, pero sí hallamos trocitos del ADN de su tumor en la leche. Se me encendió la bombilla y empezamos una investigación para demostrar que la leche materna puede ser una buena herramienta diagnóstica para detectar precozmente el cáncer de mama asociado al embarazo», recuerda la doctora Saura. El enfoque es tan rompedor que ha merecido la beca Fero-Ghd de este año.
El cáncer de mama en la gestación no es muy frecuente, pero cuando aparece generalmente tiene un pronóstico peor. ¿Lo es porque es más agresivo o porque se suele diagnosticar tarde?
Es más grave porque se diagnostica en estadíos más avanzados. Hay un estudio concretamente que comparaba a pacientes igual de jóvenes y con las mismas características y el pronóstico era el mismo. El embarazo actúa de elemento confusor . Primero, porque nadie espera encontrar un cáncer y, además, se producen cambios fisiológicos en la mama que hacen más difícil palpar un nódulo.
«En la leche materna buscamos ADN circulante del tumor»
¿Qué es lo que buscan en la leche materna?
Nuestra propuesta es estudiar ADN circulante del tumor. Además de analizar las muestras de Mayte, ya hemos estudiado las de otras cuatro pacientes más y hemos confirmado lo que vimos la primera vez. Hemos demostrado también que los «trozos» de ADN que hallamos en la leche se corresponden con los que encontramos al analizar los tumores de las pacientes. El siguiente paso fue comparar los resultados con una biopsia líquida que busca la presencia del cáncer en la sangre. No tendría sentido hacerlo en la leche si se puede hacer con un análisis de sangre. Y aquí llega la parte más interesante del proyecto: en sangre no fuimos capaces de detectar las alteraciones del tumor y sí en la leche materna . Esto sucede porque los tumores cuando son tan pequeños aún no han liberado suficiente ADN para detectarlo en sangre, pero parece que en leche sí. Esto nos animó a seguir con el proyecto.
¿Las pacientes estudiadas tenían tumores avanzados o precoces?
En las dos primeras sí eran cánceres avanzados, pero las dos últimas pacientes tenían tumores pequeños, en estadío 1 y 2. La ventaja de la leche, frente a la sangre, es la proximidad del tejido mamario con el tumor y la leche. Así la cantidad de ADN de tumor es más elevada que la de la sangre y somos capaces de detectarlo antes.
Ahora ¿cuál será el siguiente paso?
La beca nos permitirá empezar a recoger leche de mujeres sanas con características que nos haga pensar que pueden tener más riesgo de desarrollar un cáncer de mama.
«Nadie espera encontrar un cáncer durante el embarazo, cuando sucede se suele diagnosicar en estadíos muy avanzados»
¿Qué perfil se busca?
Recogeremos muestras de leche, de sangre y haremos pruebas de imagen en mujeres que acaben de dar a luz. Hemos definido tres grupos de riesgo: mujeres que sean portadoras de mutaciones genéticas de riesgo y tengan antecedentes familiares; que hayan sido madres tras un cáncer y, por último, madres a partir de los 40 años. Son los tres grupos con más riesgo que la población general . El reto técnico con estas pacientes es que están sanas y no tenemos la información del tumor para buscarlo en la leche materna. Vamos a ciegas. Hemos pensado buscar las alteraciones genéticas más frecuentes en cáncer de mama o utilizar una técnica de barrido de ADN similar a la que se utiliza para buscar malformaciones genéticas del bebé durante el embarazo.
¿Sería recomendable analizar la leche materna de todas las mujeres al dar a luz?
Ese sería nuestro objetivo final, utilizar la leche para diagnosticar el cáncer de mama, pero siendo realistas, aún estamos lejos.
Y, mientras, ¿se debería ya recomendar una ecografía de mama al menos?
Bastaría con que se hiciera una exploración mamaria durante el embarazo , y si hay una sospecha hacer una ecografía o una biopsia. El problema es que los médicos se suelen centrar en el seguimiento del embarazo y no suelen hacer este tipo de exploraciones.
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