La inmunoterapia, eficaz por primera vez en solitario en un subtipo de cáncer colorrectal metastásico

La terapia biológica logra mejorar la tasa de respuesta de estos pacientes y el tiempo libre de progresión de la dolencia sin necesidad de administrarles también quimioterapia

La doctora Elena Élez, del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) VHIO

E. Armora.

La inmunoterapia, tratamiento biológico que estimula las células naturales del cuerpo para que ataquen a las células cancerosas, ya se ha mostrado efectiva en muchos tipos de tumores , en la mayoría de los casos, sin embargo, combinada con otros tratamientos como la quimioterapia. Ahora, por primera vez, esta terapia biológica ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del cáncer colorrectal metastásico, de mal pronóstico, sin necesidad de tratamiento combinado.

Pembrolizumab, un anticuerpo anti-PD-1, ha mostrado resultados positivos en el estudio KEYNOTE-177, que evaluaba su eficacia y seguridad en pacientes de cáncer colorrectal metastásico con inestabilidad de microsatélites, frente a la quimioterapia estándar . Los resultados de esta investigación, en la que ha tenido un papel destacado el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona y que se han presentado en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que este año se celebra de forma virtual, podrían suponer un cambio en el paradigma de tratamiento de estos pacientes.

En el desarrollo de este estudio ha participado la doctora Elena Élez , oncóloga médica en el Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigadora del Grupo de Tumores Gastrointestinales y Endocrinos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). «La importancia de este estudio radica en que es la primera vez que un fármaco inmunoterápico administrado en monoterapia, es decir sin quimioterapia añadida, demuestra ser eficaz como primera línea en el tratamiento del cáncer colorrectal metastásico», explica Élez.

Pacientes con mal pronóstico

La inestabilidad de microsatélites es un cambio que ocurre en el ADN de ciertas células en el que el número de repeticiones de microsatélites –unas secuencias cortas y repetidas de ADN– es diferente del número de repeticiones que estaba en el ADN cuando fue heredado. La causa de esta inestabilidad puede ser un defecto en la capacidad de reparar los errores cometi dos cuando el ADN se copia en la célula. «En torno a un 15% de los tumores colorrectales presentan esta alteración molecular. Cuando la enfermedad es metastásica, es decir, diseminada, este porcentaje es inferior pero también podría suponer un peor pronóstico», precisa la oncóloga.

Como consecuencia de esta inestabilidad de los microsatélites se produce un alto nivel de mutaciones , dando lugar a lo que se conoce como tumores hipermutados. Esto implica que las proteínas que se generan fruto de estas mutaciones se comportan como neoepítopos, es decir regiones de antígenos generados por la modificación del antígeno originial, los cuales pueden ser reconocidos por el sistema inmunitario. «Por esta razón se trata de tumores que responden muy bien a la inmunoterapia . Anteriormente ya se comprobó como pembrolizumab en monoterapia ya tenía resultados positivos en pacientes con cáncer colorrectal metastásico con inestabilidad de microsatélites refractarios a otros tratamientos. Ahora vemos como en primera línea también puede ser una alternativa muy eficaz y con excelente perfil de tolerancia», añade la Dra. Elena Élez.

El estudio, en el que han participado un total de 307 pacientes con cáncer colorrectal metastásico avanzado con inestabilidad de microsatélites, comparó la eficacia como monoterapia y en primera línea de tratamiento de pembrolizumab , un tratamiento de inmunoterapia, frente a la terapia estándar, una terapia combinada de quimioterapia con anticuerpos monoclonales.

Mejora la tasa de respuesta

Lo primero que se pudo constatar fue una evidente mejora significativa en el tiempo libre de progresión de la enfermedad. De esta forma se pasó de 8,2 meses en el tratamiento estándar a 16,5 meses en el brazo del estudio que empleaba pembrolizumab en monoterapia, más del doble de tiempo.

«También se ha podido ver que la tasa de respuesta confirmada al tratamiento era superior, pasando del 33% en la terapia estándar al 43% en pembrolizumab. Así mismo, el adecuado perfil de tolerancia constituye un valor añadido a esta estrategia terapéutica», apunta Elena Élez. Así pues, solo el 22% de los pacientes que recibieron el tratamiento de pembrolizumab presentó algún tipo de evento adverso . En cambio, esta tasa subió hasta el 66% en los pacientes que siguieron el tratamiento estándar que incluye quimioterapia.

«Por todo ello, considero que nos encontramos ante un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer colorrectal avanzado. Una vez más, queda demostrado que el conocimiento de la biología molecular de estos tumores juega un papel fundamental en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, logrando no solo una franca mejoría en supervivencia sino también mejorando el perfil de toxicidad y efectos secundarios que padecen nuestros pacientes», concluye la experta.

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