Coronavirus
Del brazo de silicona al uso de dobles: los antivacunas agudizan su ingenio ante las restricciones
La inmunización obligatoria dispara el fraude en Alemania, Italia o Australia
Los antivacunas agudizan su ingenio a medida que las restricciones se ciernen sobre ellos. El objetivo es hacerse con un pasaporte Covid sin tener que inmunizarse. En las últimas semanas no solo han aumentados las falsificaciones del certificado sanitario en algunos países, sino que comienzan a aflorar otras ‘soluciones’ imaginativas que van desde ofrecer sobornos al personal sanitario hasta enviar a ‘dobles’ que se pongan la vacuna por ellos. La última treta es la de llevar brazos de silicona .
En la serie de historias increíbles relacionadas con los antivacunas, un italiano se ha convertido en protagonista tragicocómico . Un médico de 57 años de Biella, municipio de 44.000 habitantes de la región de Piamonte, al norte de Italia, ideó una estratagema para obtener el pasaporte Covid sin vacunarse. El dentista había sido suspendido por su Colegio profesional por no contar con el certificado Covid, hoy obligatorio para el trabajo y acudir a lugares cerrados. Pero ideó una solución: mostrar un brazo falso de silicona para que le aplicaran la inyección . Así se presentó en el centro de vacunación, pensando que podría engañar a los sanitarios. Pero su plan de opereta fracasó.
Cuando le llegó su turno, el hombre firmó el consenso para la vacuna delante del médico. Luego se sentó en la silla y se descubrió el hombro y parte del brazo. Aunque la aplicación de silicona era muy similar a la piel real, el color y la percepción al tacto hicieron sospechar a la enfermera, Filippa Bua, de 60 años, que se disponía a aplicarle la inyección. «Sentí una piel gomosa y fría, con un encarnado demasiado claro . Al principio pensé que el señor había sufrido la amputación de un miembro y me había dado el brazo equivocado. Lo lamenté porque creí que, sin pretenderlo, lo había puesto en una situación embarazosa. Le pedí que me descubriera el brazo izquierdo. Me encontré frente a un brazo exactamente igual que el anterior. Al instante me di cuenta que estaba tratando de evitar la vacunación con una prótesis de silicona, esperando que no me diera cuenta y le inyectara la vacuna», contó Filippa Bua. Una vez descubierto, el dentista no se dio por vencido: trató de convencer a la enfermera para que hiciera la vista gorda.
La escena dejó alucinada a la enfermera. Así lo contó al diario ‘La Repubblica’: «Cuando se dio cuenta de que lo habían descubierto, me insistió para se le vacunara, aunque fuera falsamente , porque necesitaba el pasaporte para trabajar, pero él no quería vacunarse». Ante la resistencia de la enfermera, el médico se abrió la camisa mostrando un busto en silicona que cubría la parte superior de su cuerpo. Con sonrisa burlona, sintiéndose un genio incomprendido, le preguntó: « ¿Cree que podía tener este físico?» .
Fillipa Bua ha reconocido a diversos medios italianos que son días difíciles, porque «en las últimas semanas, todos los que se acercan a recibir la primera dosis de vacuna están enfadados con el sistema y se sienten obligados a hacerla. Esto cansa. Lamento ver a todas estas personas que no entienden hasta qué punto la vacuna es fundamental».
Sobornos
El caso del italiano no es el único. En Melbourne (Australia), ya fue detenido un hombre que trataba de vender un brazo protésico para el mismo fin. Y recientemente los farmacéuticos australianos han denunciado los intentos fraudulentos de los que están siendo testigo por parte de los antivacunas. Los más frecuentes incluyen el intento de soborno al profesional encargado de la inoculación o la suplantación de identidad , con el envío de sustitutos que reciban la dosis en lugar del destinatario real de la vacuna.
En Alemania también están creciendo las falsificaciones del pasaporte Covid, según el medio ‘Welt am Sonntag’. Desde que las autoridades endurecieron el uso del certificado, se han registrado cerca de 2.500 denuncias . En Grecia, donde se implantó el pasaporte Covid para lugares cerrados de ocio en septiembre, el Gobierno introdujo duras sanciones por la emisión de certificados falsos después de que un trabajador de un centro de vacunación estatal ayudara a decenas de personas a adquirir documentos falsos .
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