Biden aprueba nuevas explotaciones petrolíferas tras regresar de la cumbre climática
Su Gobierno ha sido sacar la concesión de más de 320.000 kilómetros cuadrados de territorio marino en el Golfo de México para explotación petrolífera y gasística
«Nuestro compromiso climático son acciones, no palabras», dijo Joe Biden a comienzos de mes en Glasgow, delante de buena parte de los principales líderes mundiales, en su gran discurso en la cumbre del clima . Esta semana, de vuelta en EE.UU., la acción climática más decisiva de su Gobierno ha sido sacar la concesión de más de 320.000 kilómetros cuadrados de territorio marino en el Golfo de México para explotación petrolífera y gasística.
Es una superficie que está cerca de duplicar el territorio de España y que supone una de las mayores ofertas de concesión para la explotación de esta industria en la historia de EE.UU. En la subasta de concesiones, celebrada el miércoles, las compañías petrolíferas solo pujaron por la explotación de algo menos de siete mil kilómetros cuadrados en ese área , pero la decisión enfureció a los ecologistas.
«Es difícil pensar en una acción más peligrosa e hipócrita tras la celebración de la cumbre climática », ha criticado Kristen Monsell, directora de asuntos legales sobre océanos del Centro para la Diversidad Biológica, una de las organizaciones medioambientales que luchan contra la aprobación de nuevas explotaciones para la obtención de combustibles fósiles.
El contraste entre las palabras del presidente de EE.UU. -que concurrió con un mensaje climático fuerte a las elecciones del año pasado para incorporar a la corriente izquierdista de su partido- y la concesión de terrenos inmensos para nuevas explotaciones tiene diferentes visiones. La Administración Biden ha asegurado que no tenía margen de maniobra. Poco después de llegar a la Casa Blanca, Biden impuso un parón temporal en nuevas concesiones para petróleo y gas en terrenos y aguas federales. Varios estados republicanos lo contestaron en tribunales, y juez federal de Luisiana les dio la razón el pasado verano.
La Administración Biden ha apelado esa decisión pero, mientras tanto, ha proseguido con el programa de concesiones según el calendario establecido en el Departamento de Interior, que es quien gestiona estos arrendamientos para explotación industrial.
«La ley es muy clara», ha asegurado Erik Milito, presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Océano, una patronal de energéticas que operan explotaciones marinas, a la cadena de radio pública NPR. «La ley dice que el Departamento de Interior debe tener un programa de concesiones en marcha y que lo debe mantener, por lo que es difícil que simplemente lo cancele sin una justificación racional».
Una medida cautelar de urgencia
Las organizaciones medioambientales, sin embargo, lo ven muy diferente. Defienden que podrían haber solicitado una medida cautelar de urgencia para suspender la subasta de concesiones o haber defendido que los riesgos medioambientales de esas nuevas explotaciones van contra la Ley Nacional de Protección del Medio Ambiente.
No hacerlo supone «una decepción extrema, una esperanza perdida y una confianza hecha añicos», aseguró Hallie Tempelton, director legal de Friends of the Earth.
Si la Administración Biden hubiera podido cancelar la subasta de concesiones, es evidente que hubiera sido una decisión con mucho peligro político . Los republicanos y la industria de los combustibles fósiles no han tardado en acusar a las políticas de su administración de ser una de las causas de los precios disparados de la energía en EE.UU. , que sufre fuerte presiones inflacionistas. La gasolina está en precios récord en varias regiones del país y pocas cosas enfurecen más al votante estadounidense medio que tener que pagar mucho por llenar el combustible.
Una decisión agresiva de Biden de cancelar la subasta de concesiones -aunque estas no impacten en la producción hasta dentro de varios años- hubiera supuesto una nueva tormenta política para el presidente de EE.UU. que está hundido en las encuestas.
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