Austria incentiva a sus médicos y sanitarios con 25 euros por cada vacuna que administren
En los casos en los que sea necesario el desplazamiento a residencias de ancianos o domicilios de personas de avanzada edad, habrá un pago adicional de 150 euros por hora dedicada
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El gobierno de Austria y la Asociación Federal de Médicos de este país han acordado que el Estado alemán pagará la cantidad de 25 euros a los médicos y personal sanitario por cada vacuna contra el coronavirus que administren. El acuerdo forma ya parte del plan de vacunación austríaco, anunciado en la campaña «Austria se vacuna» y servirá tanto de contraprestación por el servicio como de incentivo, en país en el que el escepticismo sobre las vacunas sigue siendo muy alto. En los casos en los que sea necesario el desplazamiento a residencias de ancianos o domicilios de personas de avanzada edad, habrá un pago adicional de 150 euros por hora dedicada . Estos desembolsos los cubrirá la Seguridad Social austriaca, sin cargo a las administraciones federales y son anunciados cuando la campaña de vacunación se encuentra todavía en la primera fase, es decir, está siendo vacunado el personal sanitario, ancianos de residencia y pacientes de alto riesgo.
Austria registra actualmente 163 contagios por cada 100.000 habitantes y un total de 6.819 víctimas mortales de la pandemia. Uno de los principales objetivos del gobierno de Viena es contrarrestar los informes falsos sobre la seguridad de las vacunas y está contando con el apoyo de Cruz Roja para llevar a cabo una campaña informativa en la que participan médicos y científicos, que aportan información sobre las vacunas. «Es particularmente importante luchar contra la información falsa», ha justificado Ursula Wiedermann-Schmidt, presidenta de la Comisión de Vacunación, que ha reconocido que la aplicación de las vacunas marcha a un ritmo «demasiado lento» en la república alpina.
Herwig Kollaritsch, especialista en medicina tropical que participa en esta campaña, considera que «los recuerdos del sufrimiento causado por terribles enfermedades infeccionas ha desaparecido, precisamente porque esas enfermedades fueron borradas por las vacunas , de manera que hoy muchos han perdido la conciencia del mal que pueden causar los virus». Esta campaña ha sido lanzada después de que el popular cantante austriaco Andreas Gabalier , ganador en 2012 de los premios ECHO y Amadeus, haya declarado en una entrevista que se niega a vacunarse porque «ya nos inyectaron demasiadas vacunas cuando éramos niños». «Por eso de niño no quedó paralizado por la polio ni pereció miserablemente de tétanos», ha respondido Kollaritsch.
La campaña de vacunación en Austria ha sido diseñada siguiendo las mismas rutas de vacunación que en la vacuna contra la gripe. El vicepresidente de la Asociación Médica Johanner Steinhart ha hecho un llamamiento al personal sanitario para que acepte la vacuna, como paso importante para que la campaña no fracase, y ha explicado que los incentivos anunciados serán facturados automáticamente, puesto que cada médico debe firmar cada vacuna que aplique con su tarjeta electrónica. Para el personal sanitario que todavía no tenga una de estas tarjetas, se ha pensado en un reparto de tabletas en los centros, que tendrán instalada la aplicación a través de la cual pueden solicitarse de forma rápida y gratuita.
«Completamente voluntaria»
La reticencia del personal médico y sanitario a la vacuna, que también es un problema en Alemania, ha llevado allí al presidente regional de Baviera, Marcus Söder, a solicitar un dictamen al Consejo Ético Alemán sobre la posibilidad de obligar a estos profesionales a vacunarse . Pero el ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, considera que sería una medida contraproducente, que aumentaría el escepticismo en los contrarios a la vacuna, y ha recordado que «di mi palabra de que la vacuna sería completamente voluntaria y la voy a cumplir».
En paralelo a la campaña de vacunación, el Gobierno austríaco está realizando semanalmente test rápidos, gratuitos y voluntarios en los colegios, disponibles tanto para alumnos que lleven una nota de consentimiento firmada por los padres como para profesores , con el objetivo de limitar el riesgo de infecciones y poder volver lo antes posible a la educación presencial. Los test se realizan cada lunes e incluso en algunos centros se realiza una segunda prueba cada jueves. Los alumnos de menos de diez años se llevan el kit de prueba a casa para realizarla con sus padres, mientras que el resto la hace en el centro educativo, por sí mismos y con supervisión de los profesores. El test consiste en tomar una muestra de la parte inferior de la nariz con un bastoncillo, que se coloca sobre un polvo reactivo en una tarjeta de cartón. El resultado se conoce en quince minutos. En caso de dar positivo, se debe avisar a las autoridades sanitarias para que se realice una prueba PCR, más fiable que las de antígenos. Los cinco millones de kits comprados a tal efecto han costado al Estado austriaco unos 13 millones de euros.
«Hacer test es la única respuesta para atravesar esta difícil fase hasta llegar a la vacuna», ha dicho el ministro austriaco de Sanidad, Heinz Faßmann, que hasta finales de enero ha dispuesto cinco millones de kits de test de antígenos rápidos. Aun así, el ministro no puede todavía precisar cuándo se reactivará la educación presencial, suspendida para los mayores de catorce años desde hace ya dos meses y que ha estado funcionando de forma intermitente para los escolares hasta esa edad.