Armengol sigue sin aclarar si estaba en el interior de un bar de Palma más allá del horario permitido
La mandataria autonómica socialista lamenta que la controversia generada pueda afectar a la lucha contra la pandemia y descarta una posible dimisión
La presidenta del Gobierno balear, la socialista Francina Armengol , se pronunció ayer por vez primera públicamente en relación a la controversia generada estos días acerca de si en la madrugada del pasado 7 de octubre se encontraba en el interior de un bar de Palma más allá del horario permitido por el propio Govern que lidera. Armengol no aclaró, sin embargo, a qué hora exacta salió de ese local —el Hat Bar—, señalando que fue «en torno a la una». Cabe recordar que en la actualidad los bares y los restaurantes de Baleares deben cerrar sus puertas como máximo a la una de la madrugada. Armengol sí lamentó ayer las posibles consecuencias de esta polémica y descartó dimitir.
Los hechos que han dado lugar a la actual controversia se remontan, como se ha indicado ya, a la madrugada del pasado 7 de octubre. Aquella noche, varios vecinos que viven en las inmediaciones del Hat Bar llamaron a la Policía Local de Palma porque dicho establecimiento incumplía, al parecer, la citada restricción horaria. Ese bar se encuentra ubicado en la calle del Santo Espíritu, en el casco antiguo de la capital balear, cerca de la residencia de Armengol . Cuando los agentes de la Policía Local llegaron al lugar, más allá de la una de la madrugada, habrían visto en el exterior del local a la presidenta junto con varios acompañantes. A continuación, los agentes entraron en el local y hablaron con el dueño, Álex Rodríguez, informándole de que presuntamente había cometido una infracción al no haber cerrado el establecimiento a la hora establecida.
En el acta que recoge la presunta infracción horaria cometida por el bar se indica que había nueve personas en el interior —sin detallar su identidad— y se especifica que el propietario del local alegó ante la Policía Local que no cerró a la una de la madrugada «porque dentro del local había una autoridad (la presidenta del Gobierno balear)». Todos esos datos trascendieron el pasado jueves en los medios de comunicación, un día después de que el presidente del PP balear, Biel Company, hubiera acusado de manera velada a la mandataria isleña de haber vulnerado una de las medidas aprobadas por el propio Govern para intentar frenar los casos de coronavirus. Así, en la segunda jornada del Debate de Política General, Company afirmó el miércoles que una «conocidísima política» se encontraba días atrás, a las dos de la madrugada, en un bar de Palma.
La acusación de Company se produjo después de que Armengol hubiera anunciado el pasado martes que en Mallorca y en Ibiza se limitarán a partir de ahora las reuniones sociales y familiares a seis personas como máximo —hasta ahora eran diez—, debido al incremento de casos de Covid-19 detectado en ambas islas en las últimas semanas. «Nuestro destino inmediato como sociedad depende de la capacidad de cada uno de nosotros de cumplir escrupulosamente las normas e instrucciones de seguridad, prevención, higiene y protección que frenen el virus », había afirmado Armengol en la primera jornada del Debate de Política General.
La versión del Govern
En respuesta a las acusaciones de Company y a las informaciones aparecidas en los medios, la Consejería de Presidencia emitió el jueves un comunicado dando su versión de los hechos . En dicha nota se explicaba que Armengol se reunió el 6 de octubre, en una cena de trabajo, con varios de sus colaboradores, en concreto, tres consejeros autonómicos y otros dos altos cargos. Una vez acabada la cena, todos ellos se dirigieron hacia sus respectivas residencias. «De camino hacia éstas, la presidenta, el consejero de Movilidad y Vivienda —Marc Pons—, y el director general de Comunicación —Álvaro Gil— siguieron la conversación», especificaba el comunicado.
Según esa versión, a unos metros del domicilio de la presidenta esas tres personas vieron que el Hat Bar estaba abierto y entraron. «Un rato después, alrededor de la una de la noche, la presidenta y sus acompañantes abandonaron el establecimiento. En el momento de salir, el director general de Comunicación sufrió un desmayo producido por la medicación que recibía desde aquella misma semana por ansiedad laboral, un episodio que se repitió en otra ocasión en días posteriores», aclaraba la nota.
«Su desmayo hizo que los tres continuasen en la calle, a pocos metros del domicilio de la presidenta, a la espera de que se recuperara. Al cabo de un tiempo, la Policía Local de Palma llegó a la calle, por lo que se explicó a los agentes la situación. Por lo tanto, si se produjo una actuación de agentes de la Policía Local de Palma en el establecimiento, ésta se produjo cuando la presidenta y sus acompañantes ya no estaban en el local. La Presidencia del Govern lamenta los hechos sucedidos y su utilización con fines partidistas», concluía el comunicado. Esa versión es la que corroboró Armengol públicamente ayer, tras un acto oficial en la ciudad menorquina de Sant Lluís.
«Lamento muchísimo todo lo que ha sucedido después, lamento muchísimo que la imagen que se pueda trasladar no es lo que ha sucedido en realidad, lamento que eso pueda poner en cuestión medidas técnicas y sanitarias que es imprescindible tomar para hacer frente a esta pandemia de la Covid-19 y lamento que eso pueda poner en cuestión el trabajo de tantísima gente que está luchando de verdad para derrotar esta enfermedad y para encontrar soluciones, y con mi compromiso de seguir trabajando conjuntamente para buscar las mejores soluciones para los ciudadanos y ciudadanas de esta comunidad autónoma», afirmó la presidenta balear ante los medios. Preguntada por un periodista acerca de si había pensado en dimitir por este caso, Armengol sonrió y afirmó: «Estoy aquí trabajando como siempre».
Otra versión
La versión del dueño del Hat Bar sobre lo que habría ocurrido el 7 de octubre, sin ser discrepante de la del Govern, tampoco es del todo coincidente. Así, en declaraciones a varios medios, Rodríguez indicó el jueves que Armengol y sus acompañantes habrían abandonado el local en torno a las 01.15 horas, si bien no fue concluyente en ese sentido, ya que en otros medios dijo que eran las 01.00 horas. En cambio, sí confirmó que una de las personas que acompañaban a la presidenta se desmayó poco después de que el grupo hubiera salido ya del establecimiento. Rodríguez se interesó entonces personalmente por ese leve incidente, ofreciéndose para ayudar en lo que fuera preciso, lo que habría retrasado su intención de cerrar de inmediato el bar.
Ese incidente explicaría también por qué Armengol se encontraba aún junto al establecimiento cuando la Policía Local llegó a la calle del Santo Espíritu, si bien la hora en que todo ello tuvo lugar todavía no se ha podido determinar con exactitud. Según Rodríguez, Armengol y sus acompañantes se habrían marchado finalmente del lugar a las 01.40 horas. En cuanto a la denuncia levantada contra el dueño del local, sólo consta en ella una única referencia horaria, las «02.10 horas», si bien no se detalla si ese fue el momento en que los agentes llegaron al establecimiento o el momento en que concluyeron su intervención. A ello habría que añadir que, según publicó el jueves el diario «Última Hora», el original del acta de sanción se extravió poco después, por lo que sólo había quedado como posible prueba de lo ocurrido aquella noche la copia que se entregó al dueño del bar. Finalmente, el original del acta pudo ser localizado con posterioridad, según ha avanzado este sábado el citado rotativo.
En ese contexto, los socios del PSOE en el Govern, Unidas Podemos y MÉS per Mallorca, declinaron inicialmente pronunciarse sobre todo lo sucedido, si bien este sábado MÉS ha lamentado, a través de un comunicado, la «falta de autocrítica en la gestión del caso» y también que las declaraciones de Armengol «no hayan estado acompañadas de una disculpa a la ciudadanía por los malentendidos originados y ocasionados». Aun así, MÉS da por zanjado el caso. En cambio, desde la oposición se han pedido ya explicaciones en relación a esos hechos y a una instrucción del 8 de octubre del jefe de la Policía Local de Palma, José Luis Carque, en la que se recordaba que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no pueden filtrar a los medios informaciones sobre sus actuaciones. En ese sentido, Cs y Vox quieren saber si esa instrucción policial estaría vinculada o no a lo que había sucedido el 7 de octubre en el bar que visitó la mandataria balear. En cualquier caso, tanto el PP como Vox han exigido ya la dimisión de Armengol, mientras que Cs y el PI sólo han pedido por ahora a la presidenta que dé explicaciones sobre lo que ocurrió en el Hat Bar.
De momento sigue sin estar aún del todo claro si a las 01.00 horas del 7 de octubre Armengol estaba dentro o fuera del Hat Bar. Si la mandataria balear se encontraba a esa hora ya en la vía pública, no habría incumplido entonces ninguna de las medidas restrictivas que en esa fecha estaban en vigor en la mayor parte de Baleares. Sin embargo, en caso de que finalmente se comprobase que a las 01.00 horas Armengol aún se encontraba en el interior del local, habría vulnerado entonces una de sus propias resoluciones en unas fechas en que en Palma había, además, cuatro barriadas del extrarradio con restricciones específicas. Por otra parte, el hecho de que en las últimas semanas Armengol haya hecho de manera reiterada apelaciones a la «responsabilidad» de la ciudadanía , criticando con dureza a quienes no cumplían las normas sanitarias y de prevención hoy vigentes, puede ser una circunstancia determinante en caso de que finalmente lleguen a derivarse hipotéticas consecuencias políticas por lo ocurrido.
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