Los antivacunas se adueñan del Parlamento alemán: «El 0,4% de los vacunados han muerto»

El Bundestag echaza la vacuna obligatoria a partir de los 60 años

Descubren que con Deltacron la pérdida del olfato y el gusto es dos o tres veces más frecuente

Alemania rectifica y mantiene la cuarentena para los contagios por Covid

Alice Wwidel, del partido Alternativa para Alemania, aplaude el resultado de la votación del Bundestag, ayer EFE

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El canciller Olaf Scholz, que gobierna en una coalición formada por socialdemócratas, liberales y verdes, fracasó ayer en su intento de aprobar la vacuna obligatoria para los alemanes de más de 60 años. Solo 296 diputados votaron a favor y 378 lo hicieron en contra, a lo que se sumaron 9 abstenciones. Después de un emocional y acalorado debate de cuatro horas de duración, el Bundestag votó, de hecho, un total de cuatro propuestas de vacunación obligatoria, con diversas variaciones y presentadas por distintos partidos, pero ninguna de ellas obtuvo la mayoría. Se trata de un duro golpe político para Scholz, que identificó este proyecto como el primero de su legislatura a pesar de haber reiterado, durante la campaña electoral, que no legislaría la obligación de la vacuna.

El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach , también socialdemócrata, lamentó que «ahora será mucho más difícil luchar contra los repuntes el próximo otoño», pero tampoco ayudó mucho que veinticuatro horas antes de la votación el propio Lauterbach rectificase y prescindiese de la eliminación de la cuarentenas para los infectados con Covid, anunciada el lunes y que debía entrar en vigor en breve. El reconocimiento de su «error» restó indirectamente credibilidad a la propuesta del Gobierno.

«Aquí la única lectura política es la del triunfo de la democracia sobre los partidos, dado que las formaciones han dado libertad de voto en conciencia a sus diputados y es entonces cuando las leyes dictan lo que el pueblo quiere», decía Laura Köpenik , enfermera de 42 años que durante la votación participaba en la multitudinaria manifestación a las puertas del Reichstag contra la obligación de la vacuna. La manifestación devino en fiesta, tras conocerse el resultado de la votación, disuelta finalmente por la lluvia huracanada que a primera hora de la tarde arreciaba sobre la capital alemana.

«Disculpen que me ponga violento, pero estoy preocupado. La vacuna también puede matarme y aunque me obliguen, no me vacunaré bajo ninguna circunstancia. ¡Pagaré la multa!»

Los contrarios a la vacuna obligatoria la criticaron en sus intervenciones por «anticonstitucional y autoritaria». Acusaron al gobierno de «infantilización de la población». La sesión estuvo preñada de discursos antológicos, como el del diputado de Alternativa para Alemania (AfD) Robert Farle , de Sajonia-Anhalt. «Tengo 72 años y hasta ahora he superado bien la pandemia. Me infecté en marzo con la variante Omicron pero no estuve enfermo. Sin embargo a mi alrededor he visto personas así (escenificaba temblores y espasmos), que tuvieron que ser tratadas durante semanas después de vacunarse», relató su experiencia personal.

«Todos conocemos a vacunados que se han infectado... y el 0,4% de los vacunados han muerto -citó datos del Instituto Paul Ehrlich- ¡respeten mi miedo! ¿cómo pueden seguir hablando de vacunación obligatoria con tal interferencia en los derechos fundamentales?... Disculpen por favor que me ponga tan violento, pero estoy preocupado. La vacuna también puede matarme y aunque me obliguen no me vacunaré bajo ninguna circunstancia. ¡Pagaré la multa!».

El encargado de responder fue el profesor de Infectología y diputado liberal Andrew Ullmann , que admitió que «respeto su experiencia personal y sus observaciones, pero no es así como trabaja la ciencia». Ullmann advirtió que « si no se vacuna, está usted jugando a la ruleta rusa» y defendió una ley que estableciese la posibilidad de obligar a vacunar solo en presencia de variantes muy peligrosas o en picos de incidencia.

Después del verano

El caso es que los nuevos casos en siete días no bajan de 1.200 en Alemania y que está ya presente la nueva variante XD, una combinación genética de Delta y Omicron que apareció por primera vez en el sur de Francia a mediados de enero y que ya ha sido registrada también en Alemania, Austria, Bélgica y los Países Bajos. Se caracteriza no solo por peculiaridades genéticas, sino también porque es clínicamente más evidente: no infecta tan fácilmente como Omicron, pero causa más síntomas y la pérdida del olfato y el gusto es dos o tres veces más frecuente que en las variantes anteriores. El Instituto Robert Koch avanza que será un problema después del verano, pero la vacuna obligatoria queda ya descartada en Alemania y posiblemente en el resto de Europa . Solo Austria había implementado esa medida, pero el gobierno hubo de retirarla una semana después de su entrada en vigor por las dificultades de su aplicación, que la hacían en la práctica inviable.

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