Alemania rectifica y mantiene la cuarentena para los contagios por Covid
El país supera los 22 millones de casos de coronavirus con casi 215.000 en el último día
El Gobierno alemán se ha visto obligado a dar marcha atrás. El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, ha reconocido que «sería un error y no va a pasar» , en referencia a su decisión de aquellos que contraigan Covid solo se aíslen si deciden hacerlo de forma voluntaria . La medida, anunciada el pasado lunes, debía entrar en vigor a partir del 1 de mayo. Pero con una incidencia todavía de 1.322 nuevos casos por cada cien mil habitantes el siete días han sido tan numerosas las críticas que Lauterbach se ha retractado. «Me he equivocado», ha escrito el titular de Salud en su cuenta de Twitter, argumentando que la señal que enviaría la medida ( que ya está en vigor en España ) sería «errónea y dañina».
El lunes, Lauterbach y ministros regionales de Sanidad de los Bundesländer anunciaron que el aislamiento obligatorio quedaría solo en vigor para los empleados del sector sanitario infectados con corornavirus, mientras que para el resto de positivos y personas de contacto la cuarentena de dos semanas sería voluntaria. Justificaron entonces la medida alegando que, en la práctica, los departamentos de Salud no están en condiciones de garantizar el cumplimiento de los aislamientos y cuarentenas, de forma que dejar el asunto en manos de los ciudadanos permitiría disponer de más tiempo y recursos para otras tareas.
Sin embargo, los expertos criticaron de forma unánime el anuncio y calificaron la nueva medida de contradictoria y arriesgada en vista de la rápida transmisión de la variante Ómicron. «Para los grupos de alto riesgo, la situación es cada vez más peligrosa. Esta gente vive entre nosotros», advirtió por ejemplo el presidente de la Fundación Alemana para la Protección del Paciente, Eugen Brysch. Higo Zeeb, del Instituto Leibnitz de Investigación Preventiva y Epidemiología, exigió que se mantenga el aislamiento obligatorio para los contagios y argumentó «la necesidad que si una persona tiene síntomas, pase la infección en su casa en lugar de contagiar a otas personas más vulnerables».
Presionado por los expertos y los representantes de los pacientes, Lauterbach se ha visto obligado a reconocer que la política de «gripalización del Covid no es la más aconsejable». «El Covid no es un resfriado. Por eso hay que permanecer en aislamiento después de un contagio », y ha insistido en que los departamentos de salud locales seguirán siendo los encargados de prescribir que los contagios no tengan contactos durante cinco días.
Lauterbach, que lleva en el cargo solamente desde enero y como parte de la coalición de gobierno que los socialdemócratas del SPD han formado con verdes y liberales, se distinguió como portavoz de Sanidad del SPD en la oposición por sus exigencias de las más estrictas sanciones , tanto para los contagiados como para los no contagiados. Hasta hace solo pocas semanas, en Alemania seguía siendo necesario mostrar el pasaporte de vacunación o un test de máximo 24 horas de antigüedad para acceder a comercios no esenciales, transporte o servicios. Todavía hoy, Lauterbach sigue defendiendo una vacunación obligatoria que esta misma semana será debatida por el Bundestag.
Por todo esto sorprendió todavía más su decisión de prescindir de la más lógica, razonable y necesaria de las medidas: que los contagiados eviten el contacto con el resto de la ciudadanía. Ahora ha reconocido su responsabilidad personal en el error, liberando de ella a los otros dos partidos en la coalición de Gobierno: «Ha sido un error mío, no han tenido nada que ver los liberales en esto». «La idea partía de la intención de liberar al sistema sanitario de la tarea de controlar el cumplimiento de las cuarentenas, que en muchos casos sobrepasa los recursos disponibles, pero fue una equivocación y yo soy el responsable», ha dicho, sin conceder a la rectificación mayor importancia, «cuando se toma una decisión inadecuada lo importante es rectificar cuanto antes y en este caso la medida ni si quiera ha entrado en vigor».
Tanto la decisión como la contradecisión le están costando duras críticas, por parte incluso de sus compañeros de partido, como el presidente alcalde de Bremen, Andreas Bovenschulte, que ha declarado que «la volubilidad del ministro federal de Sanidad es irritante y el Gobierno de Berlín no debería permitir estos vaivenes».
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