Alerta máxima en Alemania: La sequía paraliza las vías fluviales
El país empieza a tirar de las reservas de petróleo porque los cargueros no pueden navegar por tramos del Rin y el Elba
La sirena Lorelay, la mitológica hija del río Rin , no tiene estos días navegantes a los que, por despecho y venganza, arrojar contra los acantilados. La sequía que castiga a Alemania mantiene prácticamente cerrada esta importante vía fluvial europea por carencia de caudal y la flota de barcos que habitualmente trasladan combustible no puede circular, por lo que se ha interrumpido el suministro y Alemania se ha visto obligada a tirar de reservas de petróleo. Concretamente, el nivel del agua del Rin a su paso por la ciudad de Kaub es tan bajo que se ha creado un cuello de botella por el que no pasan los cargueros que transportan gasolina y diésel, en un momento especialmente delicado en el que otras vías de suministro se han visto también restringidas por diferentes motivos. Con 3,14 metros se ha batido ya la marca dramática registrada el 22 de septiembre de 2003, cuando el nivel cayó hasta los 3,20 metros, y el mínimo histórico de 3,02 metros registrado en 1972. Desde la agencia meteorológica alemana se advierte que serán necesarias precipitaciones significativas durante al menos un par de días para que los niveles de agua comiencen a subir y que al menos en las próximas semanas no hay pronóstico que anuncie tales lluvias.
Los muelles a la altura de Colonia permanecen en quietud. Cientos de contenedores se apilan esperando su viaje en dirección norte y solamente fotógrafos y periodistas se acercan a ellos para dejar constancia de la parálisis. «En condiciones normales, tres o cuatro de nuestros barcos llegan aquí a diario», explica la naviera CTS, «pero ahora llevamos ya un par de semanas en las que no llega ninguno. Se han fletado algunas barcazas , de mucho menor calado, porque todo lo demás encalla, pero no es suficiente, ni mucho menos, para cubrir la demanda». «No podemos hacer otra cosa», informa un responsable de esta empresa, a la espera de un pronóstico de lluvia que permita volver a poner la flota en movimiento.
En la entrada al puerto de Duisburg, la estación de medición del Rin, dotada con dos paneles LED de 1.55 metros, marca récord histórico. «Este es el nivel más bajo jamás medido aquí jamás», explica Jan Boehme , hidrólogo de la Autoridad de Agua y Transporte encargado de su vigilancia, «ha sido un verano extraordinariamente cálido y los cursos de agua en Alemania viven una crisis como no se había visto desde el comienzo del registro, en 1881». El anterior récord de bajo nivel de agua establecido en Colonia en 2003 fue de 81 centímetros y el actual nivel del medidor no supera los 77 centímetros.
El problema no afecta solamente al Rin, también el Elba , otra importante vía fluvial, es incapaz de soportar el habitual tráfico, por lo que los daños económicos son generalizados . En 2017, se transportaron 186 millones de toneladas de mercancías entre Basilea, Suiza y la frontera entre Alemania y Holanda, lo que representa aproximadamente la mitad del transporte fluvial europeo, según la Comisión Central para la Navegación en el Rin, con sede en Estrasburgo. Ese flujo está actualmente paralizado.
El gigante industrial Thyssenkrupp ha reducido la producción en su planta de Duisburg «porque no se puede asegurar un suministro suficiente de materia prima», según un portavoz de la compañía, y el emblemático fabricante de productos químicos BASF también reconoce que ha «adaptado» la producción debido a las «entregas limitadas» a su fábrica Ludwigshafen, también a orillas del Rin .
Colonia: el anterior récord de bajo nivel de agua se situaba en 81 centímetros; ahora está en 77
En la búsqueda de vías alternativas
El grupo energético RWE ha buscado vías alternativas para suministrar carbón a su central eléctrica de Hamm y esta estrategia se ha convertido en una necesidad para el transporte alemán. Ya en 2015 varios informes aconsejaron esta búsqueda de transporte alternativo, entonces a raíz de una hipotética parálisis fluvial, pero nunca fue llevada a cabo la investigación y la situación actual es que ni siquiera las embarcaciones turísticas que habitualmente se mueven en los alrededores de Colonia pueden mantenerse en funcionamiento. Desde las orillas del Rin, lo que pueden observar los turistas es una extraña exposición de restos y detritus normalmente ocultos por las aguas, que han dejado expuestos desde bombas sin explotar de la II Guerra Mundial de hasta 50 kilos, pasando por vehículos abandonados en el lecho del río ahora seco, y hasta muebles y esqueletos de animales allí sumergidos.
En conjunto, el 70% del territorio alemán se encuentra en la actualidad afectado por una situación de sequía extrema, según confirma el Servicio de Meteorología (DWD). El año 1947 era hasta ahora el más seco del registro. También 1921, 1976 y 1991 fueron años extraordinariamente secos, pero habrá que esperar hasta final de año para saber definitivamente qué posición ocupará 2018. Los efectos sobre el paisaje son evidentes: los campos han mudado su tradicional color verde por el amarillento y los cauces de los ríos se presentan secos y agrietados.
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