Acusan a la iglesia mormona de acumular una fortuna de 100.000 millones de dólares a espaldas de Hacienda
Un exempleado revela que viola la ley fiscal de Estados Unidos al engrosar los diezmos de los feligreses que van dirigidos a la caridad
Las arcas de la iglesia mormona, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días , acumulan una fortuna de cerca de 100.000 millones de dólares que debería estar dedicada a labores religiosas o caritativas. Lo ha revelado un miembro de la confesión, David Nielsen, que trabajaba como asesor financiero dentro de la iglesia y que ha presentado un «chivatazo» -una queja confidencial- a la Hacienda de EE.UU.
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La queja, a la que ha tenido acceso «The Washington Post», acusa a los líderes de la iglesia de engrosar sus arcas con diezmos de los feligreses que deberían estar dedicados a la caridad, lo que podría violar la legislación fiscal estadounidense. Las organizaciones religiosas están exentas de pagar impuestos por las donaciones que reciben.
Liquidez a la altura de los gigantes tecnológicos
Nielsen, de 41 años, trabajó hasta el pasado septiembre en el brazo inversor de la iglesia mormona, Ensign Peak Advisors , que opera como una entidad sin ánimo de lucro como parte de la estructura mormona y cuya sede está en Salt Lake City, la principal ciudad de Utah, un estado mayoritariamente mormón y donde la confesión concentra su poder económico y político.
Si sus números son correctos, la iglesia mormona dispondría de una liquidez a la altura de los principales gigantes empresariales de EE.UU., como Microsoft, Google y Apple, que acumulan entre 100.000 y 136.000 millones de dólares en efectivo.
Las organizaciones religiosas no pagan impuestos porque reciben donaciones
En el relato de Nielsen, la razón para la acumulación de capital tiene que ver con la preparación para la segunda venida de Cristo, según aseguró el presidente de Ensign, Roger Clarke. Uno de los principales obispos de la iglesia, Gérald Caussé, dijo en un discurso del año pasado que la estrategia financiera de la organización tiene que ver con las «profecías de los últimos días», para las que «separan cada año una parte de sus ingresos para prepararse para posibles necesidades futuras».
Esta estrategia, sin embargo, podría estar en contra de la legislación fiscal, que impone que si se reciben donaciones libres de impuestos deben ser para fines caritativos. No hay un umbral específico sobre qué parte de su dinero debe ir a esos fines, pero dice que debe ser «en línea con el alcance de sus recursos financieros» y que se examina caso a caso.
Según Nielsen, que elaboró un informe sobre su «chivatazo» junto con su hermano y con profusión de datos financieros, la iglesia mormona debería haber pagado miles de millones de dólares en impuestos adicionales en los últimos años. También acusa a la iglesia de utilizar parte de esos fondos a proyectos con ánimo de lucro, como una aseguradora y un centro comercial. El «soplón» busca una recompensa por parte de Hacienda, que ofrece a los autores de los «chivatazos» una parte de los impuestos que consigue recuperar por estas quejas confidenciales.