Papa Francisco: «La vida no es un deambular, es una peregrinación»
Recordó a las víctimas de las explosiones químicas en la ciudad china de Tianjin. Por primera vez en 60 años un Papa reza el Ángelus de esta solemnidad desde Roma
Los paraguas dibujaron este sábado el paisaje la plaza de San Pedro pero, en esta ocasión, no para proteger del calor sino por la copiosa lluvia que ha llegado, por fin, hasta la Ciudad Eterna. Para muchos ha sido una sorpresa encontrarse el sábado con el Papa Francisco presidiendo el rezo del Ángelus desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico. Hoy es la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el dogma de fe proclamado en 1950 por el Papa Pío XII , y según el cuál la Virgen María ascendió en cuerpo y alma a los cielos tras su vida terrena. Por eso, los Pontífices acostumbran a celebrar esta festividad con el rezo del Ángelus en compañía de peregrinos, como si fuera un domingo.
En esta ocasión, el Papa Francisco recordó que la Virgen María fue «la gran creyente» . «Ella sabe, –y así lo dice–, que en la historia pesa la violencia de los prepotentes, el orgullo de los ricos y la arrogancia de los soberbios. Sin embargo, María cree y proclama que Dios no deja solos a sus hijos , humildes y pobres, sino que los socorre con misericordia, con premura, derribando a los poderosos de sus trono y dispersando a los orgullosos», añadió el Santo Padre.
Además, explicó que la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos es una promesa para los creyentes. «Las grandes cosas que el Omnipotente ha hecho en ella nos recuerdan la meta que nos espera: la casa del Padre», aseguró el Papa quien, a continuación, explicó que, a partir de esta promesa, la vida tiene otro sentido. «Nuestra vida, vista a la luz de María, asunta al Cielo, no es un deambular sin rumbo, sino una peregrinación que, –aún con todas sus incertidumbres y sufrimientos–, tiene una meta segura: la casa de nuestro Padre, que nos espera con amor. Es bonito pensar en esto, que tenemos un Padre que nos espera con amor y que nuestra madre María, que también está allá arriba, nos espera con amor».
Para despejar esta peregrinación, el Santo Padre hizo una recomendación a quienes están en Roma. Les pidió que visiten a la patrona de la ciudad, María Salus Populi Romani , por la que él siente una especial devoción y cuyo icono está en la basílica de Santa María la Mayor. Es allí donde fue a rezar el 14 de marzo de 2013, apenas unas horas después de ser elegido como Papa, y donde también acude cada vez que emprende o regresa de un viaje importante.
Por último y demostrando que sigue muy atentamente la actualidad, también ha ofrecido palabras de consuelo a las víctimas y familiares de las explosiones químicas en la ciudad china de Tianjin. El Santo Padre les ha dicho que reza por todos ellos y por todas las personas dedicadas a aliviar su sufrimiento.
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