El Papa se suma a la ciencia en la lucha contra el cambio climático
El Vaticano presenta «Laudatio si», donde se acusa a empresas y gobiernos de la destrucción del Planeta
La presentación de la primera encíclica que ha despertado interés mundial comenzó a provocar ayer un curioso efecto, un giro copernicano en la relación entre la ciencia y la Iglesia a cuatro siglos del inicio del proceso a Galileo en 1615. Destacados científicos que llevan años alertando del peligroso calentamiento global -un fenómeno confirmado abrumadoramente por la comunidad científica- agradecían este jueves 18 de junio que el Papa lo pusiera ante los ojos del mundo entero.
Algunos, como Veerabhadran Ramanathan, de la Universidad de California, que llevó a EE.UU. a prohibir los clorofluorocarbonos en los años setenta para solucionar el agujero de la capa del ozono, o John Schellnhuber, director del Instituto de Potsdam para Investigación del Impacto del Cambio Climático, han colaborado con el Papa , y han compartido ideas con el resto de la comunidad científica. Entre los ochenta miembros de la Pontifica Academia de las Ciencias hay muchos premios Nobel, incluido su presidente, Werner Arber.
Pero el Papa mismo señala en «Alabado seas» («Laudato si» en italiano), que «sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene por qué proponer una palabra definitiva, y entiende que debe escuchar y promover el debate honesto entre los científicos».
Religioso y moral
La encíclica es, esencialmente, un texto religioso y moral, que está recibiendo amplísimo respaldo de todas las confesiones religiosas. El mejor teólogo ortodoxo, John Zizioulas, metropolita de Pérgamo, intervino en la presentación de la encíclica en el Vaticano. La Alianza Evangélica Mundial y la Iglesia anglicana dieron su apoyo por adelantado. En las últimas semanas, el Papa ha recibido el apoyo de centenares de rabinos, del Dalái Lama y de líderes musulmanes. Protestan en cambio, las petroleras americanas y los candidatos presidenciales republicanos. Y se inquietan los países enriquecidos desmesuradamente con el petróleo: Arabia Saudí, los países del Golfo, Rusia, Venezuela, Irán… El abandono de los combustibles fósiles a medio plazo significará un gigantesco reequilibrio económico del planeta.
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