Tragedia en el asiento trasero: un niño puede morir en una hora en un coche al sol
Con la subida de las temperaturas se incrementa el riesgo de muerte por golpes de calor
Con la llegada del calor en verano, se incrementa el riesgo de muerte de los niños por un golpe de calor sufrido en el interior de un coche. Más de 600 menores estadounidenses han muerto de esa manera desde 1990 , de acuerdo con la Asociación de Seguridad de los Niños y los Coches.
La prevención es el único arma que hay para hacer frente a situaciones tan dramáticas. «Junio, julio y agosto son tres de los cuatro meses con mayor índice de accidentes pediátricos en España», según los pediatras de Atención Primaria de la SEPEAP, que en un artículo publicado en su web recuerdan a los padres la necesidad de extremar la prudencia a la hora de transportar a sus hijos.
En la mayoría de los casos, según advierten los pediatras, «se trata de niños de entre 1 y 5 años, atados en la silla de seguridad del asiento trasero del automóvil, los que son víctimas inocentes del olvido de sus familiares o cuidadores».
Golpe de calor
En condiciones normales la temperatura corporal se mantiene entre 36º-37ºC, independientemente de la temperatura exterior. Los mecanismos encargados de la regulación de la temperatura corporal en los niños menores de cinco años, no son tan eficaces como en los adultos, por tres motivos principales detallan: «tienen proporcionalmente más superficie corporal (acumulan más calor), su cuerpo contiene más agua y tienen menos autonomía para beber (se deshidratan fácilmente)». Todo esto contribuye a un mayor riesgo para desarrollar un golpe de calor en un corto periodo de tiempo, y más grave que en el adulto, pudiendo producir la muerte en poco tiempo .
Además, advierten los expertos, con temperaturas ambientales relativamente frescas, el aumento de la temperatura en los vehículos es significativo en días claros y soleados y pone a los menores en riesgo. Los vehículos se calientan rápidamente , dentro de los primeros 15 a 30 minutos al sol . Por ejemplo, un día de 36°C, un coche con puertas y ventanas cerradas, aumenta hasta los 67°C en 15 minutos. Con las ventanillas bajadas 5 cm, se alcanza una temperatura interior de 50ºC, que sigue siendo muy alta. Un niño en el interior de un coche aparcado al sol en verano y sin ventilación puede alcanzar los 42 ó 43 grados de temperatura corporal y morir en el plazo de 30 a 60.
Inicialmente los síntomas del golpe de calor son: respiración rápida, aumento de la frecuencia cardíaca, fiebre, piel muy caliente (con o sin sudor), sed intensa, dolor de cabeza, irritabilidad,vómitos, decaimiento y disminución del nivel de conciencia incluso con convulsiones.
¿Cómo actuar?
El pronóstico viene marcado por la rapidez de actuación: en primer lugar, se debe intentar abrir el automóvil manteniendo la seguridad del menor (por ejemplo rompiendo el cristal de una ventanilla alejada). Antes de trasladarlo a un centro hospitalario es necesario enfriar el cuerpo , trasladando al niño a la sombra, sumergiéndolo en agua tibia, aplicando paños o toallitas mojadas en la cabeza y en el resto del cuerpo. Si es posible, utilizar un ventilador que aumente el efecto refrigerador. También se debe elevar la cabeza del niño y si está consciente, ofrecer líquidos , preferentemente con sales.
Los Pediatras de atención primaria, recuerdan que muchos casos se pueden evitar. Es importante mantener los coches cerrados y con las llaves fuera del alcance de los niños , trabajar con los fabricantes automóviles y de asientos de seguridad para mejorar la seguridad, elaborar campañas de publicidad anuales, evitar dejar a menores cerrados en un lugar soleado dentro del automóvil sin supervisión, algo que -según señalan- en algunos países ya es «ilegal» si se produce durante un periodo superior a los quince minutos.
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