El penúltimo cartón del Bingo de Los Remedios
Está en concurso de acreedores e intenta renegociar el alquiler del local con los herederos de Benito Villamarín
El bingo de Los Remedios intenta sobreponerse a la fuerte sacudida que ha causado el Covid 19 a este tipo de negocios. La sociedad Bingos Andaluces -que gestiona esta sala de juego ubicada en la calle Asunción número 3- presentó a fines del pasado año el concurso voluntario de acreedores tras acumular deudas cercanas a los 400.000 euros . La mayoría de este importe se corresponde con impagos a los propietarios del local (los herederos del legendario presidente bético Benito Villamarín) y con compromisos pendientes con la Junta de Andalucía (en concepto de tasas e impuestos asociados al juego).
Aunque en los últimos tres años el bingo estaba registrando pérdidas económicas recurrentes, la causa que ha empujado a la compañía a su situación actual de insolvencia ha sido la pandemia. De hecho, la crisis que atraviesa esta sala ejemplifica las enormes dificultades a las que se enfrentan miles de negocios en España: es un negocio viable pero que no puede afrontar todos los costes fijos mientras no genere sus ingresos habituales.
Bingos Andaluces está controlada por tres sociedades (Global Bingo Corporación, Fénix Gestión y Varoky) que poseen a su vez otros negocios de juego en toda España (especialmente en la costa levantina). El bingo de Sevilla es una de las joyas de la corona , ya que genera unas ventas anuales que superan los 10 millones de euros, pero los costes fiscales y laborales le han llevaron a registrar pérdidas cercanas a los 100.000 euros en los últimos años. A esto se le suma que, en la última década, el auge de los nuevos establecimientos de apuestas deportivas han supuesto una dura competencia para las empresas dedicadas a los juegos de azar más tradicionales.
A pesar de las pérdidas en 2018 y 2019, la situación financiera de la compañía era relativamente saneada hasta que el confinamiento y las restricciones posteriores (especialmente la reducción del aforo) la han situado al borde del cierre y la liquidación.
La clave para salir de esta crisis radica en la posible renegociación del importe del alquiler con los propietarios del local, que perciben una renta mensual superior a los 35.000 euros. Durante el encierro domiciliario del Estado de Alarma, Bingos Andaluces trató de reducir el importe del alquiler, pero los dueños del inmueble demandaron a la compañía por el sucesivo impago de la mensualidad. El desenlace del pleito ha sido favorable a los caseros, ya que se ha iniciado un procedimiento de desahucio contra Bingos Andaluces.
Posible salida
En cualquier caso, las fuentes consultadas por ABC señalan que ahora puede existir la intención de renegociar por ambas partes para tratar de solventar esta situación, que podría conllevar el cerrojazo de una empresa que ha estado operando durante más de tres décadas, en un momento especialmente delicado para encontrar nuevos inquilinos.
La deuda con acreedores de Bingos Andaluces es de 390.000 euros, de los cuales más de 243.000 euros ya está contraída con los dueños del local. Frente a ello, los bienes y activos de la compañía (como el mobiliario y todos los equipamientos para el desarrollo de la actividad de bingos y apuestas) ascienden a unos 600.000 euros.
Se trata de un local cuya larga historia está unida al desarrollo del barrio de Los Remedios . El espacio que ocupa el bingo fue, originalmente, una gran sala de cine diseñada por los arquitectos Recasens y Espiau y promovido por el empresario Benito Villamarín (que en ese momento estaba en sus años de mayor éxito al frente del Betis y gestionaba un próspero negocio de comercio de aceitunas). Se inauguró en los cincuenta con la película «Las lavanderas de Portugal» de Paquita Rico , en una sesión a la que acudió la propia folclórica. Las butacas estaban tapizadas alternando el verde y el blanco (lo que despertó las lógicas suspicacias en los espectadores sevillistas).
Uno de los documentales que se exhibió la sala fue el denominado «Manque Pierda» , en el que se reproducía el partido de ascenso a primera del Betis en 1958. Esta sala se dotó también de un escenario que acogió numerosos espectáculos y actos políticos, como un mitin del expresidente Adolfo Suárez en su regreso a la política tras la fundación del partido centrista CDS. En 1984 se reconvirtió en discoteca, como el nombre Piruetas , y llegó a albergar en su interior una pista de patinaje. Desde 1988 ha funcionado como bingo y ha sido una de las salas más rentables del sector en Andalucía.
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