La hidratación adecuada de los niños es diferente en función de su edad, según European Hydration Institute (EHI). Un estudio publicado por la Foundation for Health Education advierte que entre los 4 y los 8 años los infantes ingieren la misma cantidad de agua sin que importe si es hombre o mujer, algo que cambia a partir de los 9 años, y hasta los 13 años, cuando las niñas necesitan consumir más cantidad. Para ellas, se recomienda 1.900 ml de agua al día, mientras que a ellos les puede bastar con 1.600 ml.
Una carencia de agua en el organismo puede afectar el rendimiento físico y cognitivo como baja condición física, mala concentración y memoria y problemas en su aprendizaje. “La hidratación en los niños es un factor clave en su crecimiento”, dice el profesor Lluís Serra-Majem, miembro del Comité Científico Asesor del EHI y Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. “Los niños, aunque con diferencias en edad y sexo, deben ingerir las cantidades de agua adecuada que les permita mantener un equilibro entre el agua que ingieren y el que se pierde con los procesos biológicos como el sudor y la orina, logrando así un correcto proceso de crecimiento”.
Padres alertas
Hasta los cinco años, los niños no son del todo conscientes del significado de la sed y, por lo tanto, no beben agua de forma regular, según un estudio del Servicio de Salud de Ayuntamiento de Sevilla y de Huelva, titulado “Estudio analítico de hidratación en la población infantil. Aprender las rutinas de beber”. Según la investigación, la mitad de los niños de 3 años todavía no beben de forma independiente, algo que sí hace el 80% de los niños de 4 años y todos los de 5 años. Por eso, hasta esa edad, los padres son responsables de la correcta hidratación de sus hijos.