¿Qué es el hongo 'Candida'?
Vulvovaginitis. Así es como se denomina la infección de la vulva y la vagina que, al menos una vez en la vida, padecen tres de cada cuatro mujeres. Una infección que suele ser producida por el hongo Candida y que puede repetirse entre dos y cuatro veces al año en más de la mitad de los casos.
Es muy habitual en mujeres en edad fértil y poco frecuente en posmenopáusicas. El motivo es el «descenso de estrógenos y el aumento de la atrofia vaginal durante esta etapa. De hecho, su incidencia aumenta con el inicio de la actividad sexual y sus síntomas suelen empeorar una semana antes del ciclo menstrual de la mujer», explica la doctora y farmacéutica Carme Pardo.
Para prevenir su aparición, los expertos reunidos en el XIV Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer recomiendan cuidar la higiene íntima, llevar una ropa adecuada –no ajustada y de algodón–, seguir una dieta sana y usar probióticos vaginales.
El uso de estos está cada vez más recomendado porque permite regenerar la flora vaginal y evita la reaparición de la candidiasis.
De hecho, un estudio que será publicado en el mes de marzo en la revista 'Archives of Gynecology and Obstetrics' afirma: «La administración de probióticos que colonizan el tracto vaginal (lactobacilos) puede ser importante para mantener una salud urogenital normal y para prevenir o tratar infecciones».
Síntomas de la vulvovaginitis
Esta infección cursa, tal y como señalan los expertos, con escozor o picor vulvar, dolor, flujo vaginal y molestias durante el acto sexual o al orinar. Un problema que afecta a la calidad de vida de las pacientes que la padecen porque «las hace sentirse inadecuadas, enfermas, sienten dolor y les impide tener relaciones sociales o de pareja», matiza la experta.
Ante indicios de tener una infección, el doctor Santiago Palacios, presidente de SAMEM14 y director del Instituto Palacios, recomienda acudir al ginecólogo, sobre todo si: es la primera vez que se sufre o los síntomas difieren a episodios previos, o si la paciente es menor de 16 o mayor de 60 años, o si ha tenido hemorragia menstrual anormal o flujo sanguinolento y dolor en bajo vientre, o si los síntomas no mejoran tras siete días de tratamiento.
Tratamiento y prevención
Este debe ser fácil de administrar y tener buena aceptación por parte de la paciente para facilitar el cumplimiento. Además, debe ser fungicida y de acción sintomática inmediata, con mínimos efectos secundarios, económico y que permita prevenir nuevas infecciones.
En caso de ser una vulvovaginitis no complicada, el tratamiento comprende administración de antimicóticos o antifúngicos tanto intravaginales como orales, o también en cremas.
En el caso de ser recurrentes y complicadas el tratamiento con antimicóticos será más largo. Además, la doctora Pardo recomienda una serie de medidas higiénicas entre las que se encuentran: evitar irritantes locales, como jabones o geles de ducha; evitar llevar ropa sintética y ajustada, mejor de algodón, o reducir la ingesta de hidratos de carbono, ya que estos favorecen el hábitat de la Candida.