Cada vez más personas quieren eliminarse un tatuaje, según la Academia Española de Dermatología y Venereología. El doctor Donís Muñoz, autor de la Guía práctica para la eliminación de tatuajes con láser q-switched, da unos consejos para hacerlo sin riesgos para la salud:
1. Los tatuajes deben borrarse bajo control médico y empleando el láser Q-Switched, que es el indicado para ello, del que disponen los dermatólogos.
2. Aunque existen otras técnicas para borrar tatuajes, el láser es la más segura. “Recientemente ha surgido un nuevo sistema basado en una pistola de micropigmentación con la que se introduce en el interior del tatuaje un compuesto patentado a base de ácido láctico, que provoca una fuerte reacción inflamatoria de rechazo y la salida de la tinta a través de la piel, atrapada en la costra que genera”, dice el doctor Muñoz. “En mi opinión personal, esta técnica no está exenta de provocar cicatrices”.
3. Se necesitan entre 2 y 12 sesiones de láser, dependiendo del grosor y de la profundidad de la capa de tinta. También influye que haya sido hecho por un amateur o un profesional, la calidad del color empleado, la localización, el tamaño, su antigüedad, el color de la piel o ser fumador, que requiere más sesiones.
4. Entre una sesión y otra se recomienda dejar pasar al menos 6 semanas, para que el organismo pueda eliminar el pigmento liberado por el láser, a la vez que ello permite la recuperación de la piel.
5. El precio por sesión puede variar en función del tamaño y del número de disparos que se realicen. “Con los actuales láser podemos realizar por segundo, con capacidad de cubrir con cada disparo una superficie de 3 milímetros”, dice el doctor Muñoz. “Por ello, si comparamos precios entre distintos establecimientos es posible que el presupuesto más barato realmente acabe siendo el más caro, el más lento y el que ofrezca peores resultados. El precio de una sesión de láser para un tatuaje de tamaño medio puede oscilar entre 200 y 400 € , en función de la densidad o grosor y del número de disparos que precise para cubrir la totalidad del mismo”.
Además hay que recordar que la tinta roja es la que con mayor frecuencia provoca reacciones anómalas y efectos indeseados tanto a corto como a largo plazo. En cambio, el color negro a partir del carbón es el pigmento más empleado y el más seguro, siendo excepcional que presente efectos adversos.