![La migraña crónica puede ser desencadenada por abusos sufridos en la infancia](/RC/201401/29/salud/Media/nino--647x231.jpg)
Algunas enfermedades neurológicas en el adulto, como trastornos cognitivos y del sueño, ictus, la fibromialgia y ciertas enfermedades autoinmunes pueden tener su origen en situaciones de estrés como el maltrato infantil y la violencia doméstica, así lo ha señalado la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo de la conmemoración mañana del Día Mundial de la No Violencia.
«En los últimos años, una de las enfermedades cuya cronicidad más se ha relacionado con la violencia infantil y de género ha sido la migraña», señala el doctor David Ezpeleta, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN. «El factor que con más frecuencia provoca y cronifica los ataques de migraña es el estrés. Los acontecimientos estresantes vitales, especialmente aquellos muy graves, tanto del presente como del pasado, pueden ser un factor de agravamiento de la historia natural de la migraña, aunque con frecuencia, ni el paciente ni el médico son conscientes de dicha relación».
Efecto de la violencia en la salud
Según la SEN, «los estudios que han comparado mujeres con y sin experiencias de violencia en el ámbito de la pareja han observado que existe un incremento significativo del riesgo de migraña en aquellas que sufren maltrato en cualquiera de sus formas, siendo mayor en las mujeres con abusos sexuales y en aquellas con síntomas depresivos asociados». Esta relación se traduce en cifras: Hay casi 13% más casos entre las víctimas de maltrato que entre las que no han sufrido este tipo de situaciones.
«A la vista de las investigaciones actuales, es importante considerar una historia de maltrato en las pacientes con cefalea, en especial en las que se identifiquen factores de riesgo o favorecedores de cronificación, como trastornos psicoafectivos, trastornos del sueño, otros dolores crónicos y sobreuso de medicación, entre otros, así como en cualquier paciente neurológico con una patología neurológica crónica discapacitante», afirma la doctora Sonia Herrero, miembro del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.
Por otra parte, la SEN asegura que existe una asociación entre la migraña crónica que padece un adulto con un abuso sexual, físico o psíquico, que haya sufrido el paciente en su infancia. Hasta 58% presentaban abusos en general, 38% psíquicos, 21% físicos y 25% sexuales, según datos provenientes de investigación realizada en Estados Unidos y Canadá.
«Los abusos en la infancia parecen provocar en niños predispuestos genéticamente una mala regulación del eje hormonal hipotalámo-hipofisario-adrenal, hecho que se ha relacionado con un menor umbral para el dolor», señala el doctor Robert Belvís, miembro del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN. «La importancia de este tipo de datos está en que la asociación entre abuso infantil y dolor actual o futuro no es meramente estadística, sino que obedece a alteraciones biológicas que la explican y confirman. Ante un estímulo, incluso sutil, que evoque de alguna manera la situación en la que se produjo el abuso, el adulto puede empeorar su migraña o cualquiera de las enfermedades antes citadas».