A Diego Velázquez le cambió la vida cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple en 1998, una enfermedad degenerativa para la que todavía no se conoce cura. Tenía 22 años, y su especialista le aconsejó no realizar actividad física ni trabajar, como era usual en aquella época. Pero Velázquez se prometió que algún día haría el Ironman de Lanzarote, la exigencia física más dura que él conocía. Contrastando con varios médicos encontró a uno que le permitía hacer dos kilómetros a la semana en bicicleta, siempre que estuviera supervisado por un familiar.
Así empezó y tres años después consiguió completar con éxito su primer duatlón sprint, y seis años más tarde hizo el Ironman de Lanzarote. Se convirtió en la primera persona con esclerosis múltiple que completó un Ironman. “Estoy orgulloso de haber aportado un granito de arena en el tratamiento porque ahora sí se recomienda a los pacientes hacer natación, bicicleta y correr o caminar con un esfuerzo moderado para retardar las afectación de la discapacidad”. Este mismo año participó en el Decaironman de Italia (completar 10 Ironman en 10 días). “Es un orgullo haber ampliado la expectativa sobre la enfermedad, en cuanto al margen que hay entre quedarse en una silla de ruedas hasta el Decaironman. Con mi ejemplo, otras personas han completado con éxito un Ironman, como Ramón Arroyo y José Luis Layola. Con sus ejemplos cambiarán las vidas de otras personas, y seguir la cadena de esperanza”. Hoy, compagina su actividad deportiva con la profesional (es concejal de Aranda de Duero) con la familiar: está casado y tiene dos hijos. En resumen, una “vida normal”.
Menos mal que los médicos le dijeron que no podría hacer más de dos kilómetros en bicicleta…
Mis recuerdos de todos los especialistas que me han aportado su apoyo son claramente positivos y entrañables. Ellos nunca antes tuvieron a un paciente con esclerosis múltiple que se encabezonara en hacer un Ironman, y lo único que hacían era protegerme en función de la experiencia que poseían en aquellos momentos, porque la esclerosis múltiple lamentablemente no solo te dificulta una actividad física a nivel competitivo, sino todo lo demás.
¿Existen los milagros o tu caso se debe a trabajo, trabajo y más trabajo?
Los milagros no existen, todo ha sido fruto de marcar un objetivo con ilusión. Constancia, sangre fría, pruebas de ensayo-error y marcar objetivos factibles en el tiempo, asegurando refuerzos, sin perder las expectativas de llegar a cumplir el objetivo. Como anécdota, el día después de acabar mi primer duatlón sprint, y tras tres años de trabajo, me rompí la espalda en un accidente de tráfico y no me preocupó en absoluto, porque pensé que después de la rehabilitación de seis meses volvería a trabajar con el sistema que había creado. Saliendo de la lesión me fui a Finisterre en bicicleta con alforjas. Fueron 742 km en tres días, ya que dije que saliendo ‘de esa’ podría llegar al fin del mundo si me lo proponía. Cuando llegué al Faro de Finisterre marqué el 2004 como fecha para hacer mi primer triatlón: el Ironman de Lanzarote, y me gustó tanto que repetí dos veces más.
¿Hacer deporte te ayuda a disfrutar de una mejor calidad de vida?
Por supuesto. Vivimos en una sociedad que tiene todo a su alcance con un movimiento del pulgar en el smartphone, pero que es incapaz de subir cinco pisos de escaleras sin tener que pararse como regla general. El deporte viene de antiguos vestigios de caza y guerra, que tenemos metido entres los genes, para sobrevivir. Todavía estamos diseñados para ‘cazar y luchar’ y la sociedad en la que vivimos está diseñada para moverse ‘cuanto menos mejor’. Esta tendencia a ‘facilitar’ las cosas está pasando factura y hay que darse cuenta de la importancia de la actividad física. Para una esclerosis múltiple en la que la dinámica de la enfermedad va reduciendo facultades y actividad, el practicar actividad física nos mantiene más fuertes ante algo que nos va debilitando. Hay que mantener un pulso en la línea del tiempo: esclerosis múltiple vs. actividad.
En general, ¿cómo es un día normal de entrenamiento en la vida de Diego Velázquez?
Entre semana, el trabajo y la familia marcan los tiempos. Al mediodía y por la noche corro y nado, o hago una sesión de bicicleta, no acumulando más de tres horas diarias, contabilizando el trabajo de electroestimulación. El fin de semana es donde aprovecho para hacer tiradas largas o ‘multitransiciones’, y recuperándome con COMPEX. El trabajo y la constancia son los que garantizan que pueda seguir avanzando.
Para 2014, ¿qué objetivos se marca Diego Velázquez?
Actualmente estoy buscando la fórmula para volver a entrenar y hacer lo que me gusta: triatlón. Solo necesito ayuda para quitarme el neopreno y abrocharme el casco. Poder disfrutar de este capricho, la larga distancia, que tanto me aporta. Lanzarote, Ecotrimad y Vitoria, esa es mi ilusión actual, volver donde me gusta.
Eres un ejemplo para todas las personas que padecen esclerosis múltiple. De hecho, siempre que puedes, participas en conferencias sobre esta enfermedad. ¿Qué consejo das a los pacientes?
Mirando por la ventana, viendo cómo pasa la vida, no mejorará el estado de salud. El cuerpo humano es una máquina extremadamente compleja que cuenta con recursos escondidos dentro de nosotros, dispuestos a ser descubiertos y que permitirán ir solventando problemas y autoadaptándose para seguir dándonos oportunidades. Solo tenemos que buscarlas. Trabajar con constancia y no perder nunca la esperanza. Es decir, la antítesis de lo que produce la esclerosis múltiple, que es resignación, abandono, desilusión y falta de motivación.