Los niños de entre 6 y 8 años llevan en su mochila más peso del que debe transportar. Lo recomendado es no cargar más del 10% de su peso corporal, pero los escolares transportan en promedio 17% (5 kilos), según un estudio realizado por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), en el que han participado 540 familias.
Como consecuencia, los niños se quejan de dolor de espalda, según 28% de los padres encuestados, y un 3% de los escolares ha sido diagnosticado de dolencias de espalda por un médico: de ellos, 44,4% en la zona cervical y el resto en la lumbar.
Para contrarrestar estas lesiones, el secretario general del CPFCM, José Santos, recomienda:
-Elegir mochila según el tamaño del material y la altura del niño: usando la carpeta para calcular la altura y, de fondo, lo que ocuparían 3-4 libros, pero la mochila no debe de ser más grande que la espalda del niño.
-Elegir las que disponen de dos cintas anchas y acolchadas, a ser posible con otra cinta de sujeción para la cintura, y que tengan también acolchada la zona de contacto con la espalda.
-Revisar que los hijos solo carguen con el material escolar que vayan a necesitar ese día.
-Evitar que lleven objetos innecesarios como juguetes o estuches.
-Ayudar a los escolares a organizar la mochila de manera que los libros de mayor tamaño queden colocados en la parte que entra en contacto con la espalda, y los más pequeños en la exterior.
-Hacer que el niño se acostumbre a colgarse la mochila desde la mesa, y no desde el suelo, para evitar torsiones de espalda.
-Enseñar al niño a regularse las correas de manera que la mochila quede justo por encima de la zona glútea.
-Utilizar un carrito o mochila de ruedas, si el niño debe de transportar más del 10% de su masa corporal. Al empujar o arrastrarlo, no se debe forzar el hombro hacia atrás ni tener el codo totalmente estirado.