Llega octubre y entre un 5% y un 15% de la población se contagia de gripe. Ante el riesgo de contraerla, la mejor prevención es vacunarse para evitar sus consecuencias: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca.
Los que tienen más riesgo de sufrir complicaciones que puede acabar en el hospital son las personas mayores de 65 años, las mujeres embarazadas, los niños menores de 2 años y mayores de 6 meses, las personas con afecciones como enfermedades crónicas cardíacas, hepáticas, renales, pulmonares, sanguíneas o metabólicas e inmunodepresión, y los profesionales de la salud, guarderías y centros de educación infantil, policías, bomberos, docentes, y trabajadores de transportes públicos.
De todos, los más vulnerables son los ancianos. El año pasado, 57% de los mayores de 65 años se vacunaron. El objetivo para la campaña de este año es llegar a 75%. “Consideramos fundamental concienciar a la población sobre la importancia de la vacunación”, dice el doctor Pumarola, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, en un comunicado. “En España más de un 70% de los pacientes hospitalizados por un cuadro grave de gripe no fueron vacunados, por lo que bajar este porcentaje, sobre todo en los grupos que presentan mayor riesgo, cobra mucha relevancia, no sólo para prevenir al paciente, sino también para reducir el riesgo de contagio”.
Existen tres tipos de virus gripales, de los que A y B, y la transmisión del virus se produce a través de gotitas que son originadas al hablar, toser o estornudar por la persona enferma y que alcanzan a una persona sin gripe pero capaz de padecerla. “La principal prevención para la gripe es la vacunación, por lo que además de la vacuna lo recomendable para evitarla es llevar un estilo de vida sano; una dieta variada, ingerir mucho líquido y dormir las horas necesarias”, afirma el doctor Pumarola.