¿Cuándo debe tratarse la hiperhidrosis?
Sus causas son desconocidas, quizás genéticas, pero la hiperhidrosis empeora en verano y cerca de los 300.000 españoles que la sufren, casi 1% de la población, en iguales porcentajes para hombres y mujeres, pierden calidad de vida, evitando incluso actividades de ocio y la práctica deportiva. “Estímulos térmicos como las altas temperaturas del verano o el estrés pueden desencadenar episodios de hiperhidrosis más frecuentes en aquellas personas que padecen esta patología”, asegura el doctor Adolfo Sanz, dermatólogo del Hospital Ruber Internacional de Madrid y director médico de la Clínica Sanipiel en Madrid.
Un problema que afecta el autoestima
Este trastorno se manifiesta por primera vez en personas que tienen entre 20 y 25 años, que se ven obligadas a comenzar a vestir ropa ancha y de color negro, y a evitar gran cantidad de actividades sociales. Los especialistas aseguran que comienzan a tener problemas de autoestima que puede llegar a afectar su vida laboral. “El sudor es necesario, ya que regula la temperatura corporal, elimina el exceso de calor, expulsa restos de fármacos y reabsorbe sodio en épocas de intenso calor; sin embargo, cuando surge sin causas aparentes, no hay enfermedades de por medio y la sudoración excesiva es bilateral, simétrica y se presenta en axilas, cara o palmas de las manos o pies se trata de hiperhidrosis primaria localizada”, explica el doctor Sanz.
Tratamientos
Como los antitranspirantes no suelen funcionar, uno de los tratamientos con mejores resultados se basa en el uso de la toxina botulínica tipo A, con una efectividad de 93% de los casos. “Se inyecta en la piel en pequeñas dosis y actúa bloqueando las señales nerviosas que regulan las glándulas sudoríparas, reduciendo la cantidad de sudor”, mantiene el doctor Sanz. “La satisfacción de los pacientes tratados por exceso de sudor axilar con toxina botulínica es evidente: el 89% está satisfecho con los resultados en la primera semana y hasta el 93% lo está en la semana 163”. Su eficacia puede durar hasta 8 meses, lo que le coloca por encima a otro tipo de terapias, como la de la estimulación eléctrica (iontoforesis), que necesita aplicarse 4 veces por semana.