La toxoplasmosis es otra enfermedad producida, en este caso, por un protozoo parásito denominado Toxoplasma gondii. Este parásito necesita de más de un hospedador para completar su ciclo vital, por lo que los síntomas variarán dependiendo de si el animal infectado es un hospedador definitivo o intermediario.
Si el hospedador es definitivo, lo que sólo ocurre en gatos y otros felinos, el parásito llegará al intestino, donde dará lugar a individuos adultos que, al reproducirse, crearán ooquistes que serán eliminados con las heces y se volverán infectivos.
Si el hospedador es intermediario (gran diversidad de animales vertebrados de sangre caliente, entre ellos los humanos) este ingerirá esos ooquistes eliminados al medio natural y, una vez que lleguen al intestino, atravesarán la pared y se dirigirán sobre todo a los músculos, donde se enquistarán.
¿Cómo se ingieren?
Los humanos sufren la transmisión del parásito fundamentalmente por vía oral a través de la ingesta de carnes, verduras, agua, huevos, leche, u otros alimentos contaminados por ooquistes o que contienen quistes tisulares.
También se pueden infectar por ingesta accidental de ooquistes tras manipular las excreciones de gatos infectados. Los dueños de gatos deben tener en cuenta que si su mascota nunca sale a la calle y se alimenta únicamente a partir de pienso comercial es prácticamente imposible que esté infectado de toxoplasma.
Pero siempre hay que mantener unas medidas higiénico sanitarias básicas (recogida de las heces con guantes o recogedor, limpieza con lejía de forma periódica del cajón de la arena, vacunaciones y desparasitaciones en regla, etc.) en el manejo del animal.
Si bien el hospedador definitivo no tendrá síntomas, si los padecerá el intermediario. Esta dependerá de la localización de los quistes, siendo en muchos casos inaparentes. Así, el 80% de las infecciones en humanos son asintomáticas, aunque en niños y ancianos puede dar lugar a síntomas genéricos similares a la gripe (dolor de cabeza o muscular, fiebre, etc.)
El mayor problema lo tendrán las mujeres embarazadas. «Si una mujer embarazada no tiene anticuerpos frente a toxoplasma (por infección previa) corre el riesgo de infectarse durante el embarazo. Una infección durante el embarazo puede dar lugar a abortos, malformaciones en el feto o desarrollo de alteraciones oculares en los individuos que nazcan aparentemente sanos», explica Téllez.
En gatos el parásito se elimina del intestino mediante la desparasitación periódica, pero en humanos no existe tratamiento y, si hay síntomas, se deberá acudir al médico y seguir sus indicaciones, ya que dependerá de dónde y cómo afecte que se administren unas fórmulas u otras para eliminar los síntomas, nunca la infección.
Con todo, tenemos que tener claro que tener una mascota es más beneficioso que perjudicial, si bien hay que observar siempre una regla de oro: no son un capricho y conllevan ciertas obligaciones.