
Se decía mucho pero no se había comprobado, hasta ahora: una vida más activa que incluya permanecer menos tiempo sentado, subir escaleras o caminar reduce el perímetro de la cintura y mejora la percepción de bienestar. Ahora, el proyecto Walk @ Work Spain, desarrollado en cuatro universidades, lo comprueba.
Lo más interesante de este estudio es que se ha realizado con personas que trabajan en empresas, con un sistema que bien podría considerarse sedentario. A estos trabajadores se les conminó a caminar más y a hacer sus tareas laborales de una forma más activa, con resultados que se medían con un podómetro.
Contando los pasos
Participaron 264 personas divididos en dos grupos (uno de control), que incrementaron el número de pasos dados cada día, con medidas tan aparentemente sencillas como hacer reuniones de pie, y marcarles rutas para caminar dentro del campus de las universidades coordinadoras: Universidad de Vic, Universidad Ramon Llull-Blanquerna, Universidad de Vigo y Universidad del País Vasco.
Aquellos que eran evaluados por el Grupo de Investigación en Deporte y Actividad Física de la Universidad de Vic, encabezado por la Dra. Anna M. Puig, llegaron a dar casi 10.000 pasos al día y redujeron su cintura 1 cm de media, contado el perímetro de la cintura tanto en hombres como en mujeres. Un trabajador sedentario puede dar entre 4.000 y 6.000 pasos diarios.
Otros beneficios para el trabajador y la empresa
El esfuerzo se tradujo también en la mejora de la productividad y el bienestar personal. Esta sensación logra reducir el absentismo y el presentismo (estar presente en el lugar de trabajo pero no poder realizar las tareas laborales con el máximo rendimiento a causa de problemas de salud física o mental).
Sin embargo, a largo plazo, los beneficios aumentan mucho más, porque combatir el sedentarismo es evitar factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o la hipercolesterolemia. El estudio demuestra que trabajar y hacer actividad física no son incompatibles y mejora el rendimiento laboral y la salud.