La psoriasis afecta directamente a la vida diaria de las personas que la padecen. Y es que esta enfermedad crónica, inflamatoria y autoinmune que se manifiesta a través de la piel en forma de placas rosáceas que pican y se escaman, provoca vergüenza en 7 de cada 10 pacientes, que intentan tapar los daños con su ropa.
En este sentido, el 70% de los afectados afirma que la patología limita muchos aspectos de su vida diaria, entre los que destaca su relación con el aspecto físico y la moda, sobre todo en verano. Algo que afecta a su confianza y su autoestima.
«Nunca he tenido complejos, aunque sí que es verdad que hay gente tan descarada que te hace sentir vergüenza. No tengo ningún problema en llevar manga corta, pero las piernas me cuesta más enseñarlas. Creo que porque las lesiones son más llamativas y la gente mira más, mientras que los brazos pasan más desapercibidos. Aún así, ¡nadie me hace pasar calor!» destaca Rosa Coello, paciente con psoriasis.
Enfermedades asociadas
Así la psoriasis es potencialmente incapacitante y además puede desencadenar en otros problemas de salud. En los últimos años, se ha demostrado que la psoriasis moderada o grave se asocia a otras amenazas como la dislipemia (elevación de los niveles de grasas en sangre, colesterol y triglicéridos), diabetes (aumento de los niveles de glucosa y azúcar, en sangre) e hipertensión arterial. Son una serie de comorbilidades que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como la arterioesclerosis y, como consecuencia de ella, el infarto de miocardio.
La artritis psoriásica es la patología más asociada a la psoriasis, una enfermedad que añade dolor, inflamación y dificultad de movimiento de las articulaciones. Estudios recientes demuestran que casi el 30% de los pacientes con psoriasis tiene una artritis psoriásica sin diagnosticar.