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Biofeedback, lo último para combatir el estrés sin fármacos

Una nueva técnica se apoya en la tecnología para que los pacientes identifiquen las situaciones tensas, visualicen la calma y aprendan a controlar esta enfermedad

24.06.14 - 19:51 -

Hasta los añ̃os sesenta, se pensaba que un individuo no podía controlar sus variables fisiológicas, como respiració́n, tensió́n y temperatura perifé́rica. Sin embargo, se ha comprobado que, utilizando la té́cnica correcta, una persona puede entrenarse para lograr ese control y, así́, gestionar el estrés y sus consecuencias: cefaleas, tensión muscular y dolor, entre otras. Una de estas terapias es Biofeedback, un método que se abre camino en España y cuya principal características es que presciende de fármacos para el tratamiento de la enfermedad.

El Instituto Burmuin del País Vasco es una de las clínicas donde han comenzado a aplicar esta terapia y ya cuentan con medio centenar de pacientes. «Está́ indicada para personas que sufren dolencias, pero tambié́n para aquellas que tienen una profesió́n que les hace vivir momentos de mucha tensió́n, como es el caso de un deportista de é́lite, un ejecutivo o un opositor», afirma la doctora Begoña Ereño Gorrochategui, psiquiatra del citado centro.

«Con este mé́todo, la persona aprende a controlar sus estados de calma y concentració́n a la vez, cuantificar sus variables fisioló́gicas, incluyendo el estado cerebral (que es medido en ondas alfa, zeta, beta... ), y conseguir valores de normalidad».

Uno de sus pacientes es miembro de un cuerpo de seguridad, y prefiere mantener su nombre en el anonimato. Debido a la tensioón diaria, vivió́ episodios de ansiedad y nerviosismo. «El vaso se va llenado hasta que se desborda», dice el paciente. «Esta té́cnica fue una opció́n para poder parar a tiempo esta situació́n, que quizá́s me hubiera imposibilitado para llevar una vida personal y profesional normal».

Umbrales por persona

Porque la cantidad de tensió́n que puede resistir alguien es bastante personal. «Se llega al umbral del estré́s cuando comienza a interferir en la vida diaria de la persona, que empieza a padecer dolores gá́stricos, de cabeza, palpitaciones, sudoració́n, duerme mal, está irritable, es decir, cuando hay una confluencia de varios sí́ntomas persistentes en el tiempo», explica la doctora Ereño Gorrochategui. «En ese momento, el estrés está́ generando un problema y las consecuencias pueden ser graves. Puede llegar a afectar incluso su capacidad de concentración, al producir una especie de embotamiento y falta de claridad».

El tratamiento comienza con una entrevista general para conocer el historial de paciente sobre sus antecedentes, tratamientos (si existen), su estilo de vida y sus sí́ntomas, con lo que se realiza el perfil de estré́s. Se colocan sensores en diferentes partes del cuerpo que medirá́n la temperatura perifé́rica, la tasa respiratoria, ondas cerebrales y frecuencia cardiaca. Se monitoriza mientras el paciente pasa de no hacer nada a realizar actividades cada vez má́s estresantes, y se evalúa la fase de recuperació́n tras cada prueba.

«Lo importante no es solo ver qué́ pasa durante los estímulos», dice la doctora Ereño Gorrochategui. «Tambié́n hay que saber có́mo se recupera alguien. Al conocer su estado y las variables en las que peores valores ha dado, se puede diferenciar una situación normal de una patoló́gica, y establecer el tratamiento adecuado. Con este mé́todo, el paciente recibe un entrenamiento para trabajar las situaciones que alteran las variables fisioló́gicas. Por ejemplo, si vemos que se produce tensión muscular, identificamos el momento que lo produce y la zona en que ocurre la contractura, e indicamos ejercicios para evitar que se repita».

Este entrenamiento se realiza en consulta dos veces por semana. La cantidad de sesiones depende de la evolució́n del paciente, pero en promedio son diez. «El sistema es muy bueno porque te dice cuá́les son las situaciones estresantes, cómo reaccionas ante ellas y, lo que es má́s importante, te da la pauta de los pensamientos-situaciones que te generan tranquilidad para pensar en ellos y combatir el problema», dice el paciente. «La técnica te enseñ̃a a respirar má́s pausadamente y así́ bajar la ansiedad. La verdad es que estamos en pleno proceso, pero me siento muy bien».

Sin fá́rmacos

Durante toda la sesió́n, que dura entre 30 y 45 minutos, el paciente siempre está́ acompañado por un psicó́logo, un neuropsicó́logo o un psiquiatra formado en Biofeedback, mientras el software evalúáa el ejercicio y cuantifica la mejorí́a.

La diferencia entre esta técnica y otros métodos es que no se utilizan fármacos, y sus resultados son cuantificables, tanto el nivel de estrés como el nivel de mejora en el tratamiento. Tampoco es invasiva, ni tiene efectos secundarios, pues los sensores no emiten ninguna señal̃al dañina. Finalmente, es compatible con otras terapias, como la psicoterapia.

«La mayoría de los pacientes nos transmiten que les parece extraordinario coómo ha sido capaz de concentrarse y relajarse, además de identificar esa concentració́n y ser consciente de la relajació́n a travé́s de esas variables», concluye la doctora Ereño Gorrochategui. «El programa es de gran ayuda, aunque siempre es el terapeuta quien diseñ̃a la pauta a seguir para que el paciente logre los objetivos».


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